Mike, el pollo sin cabeza
Cuando alguien nos dice "vas como pollo sin cabeza", normalmente se refiere a que vamos atolondrados, dubitativos, sobretodo en el momento de hacer alguna cosa que requiere rapidez. Sin embargo, si eso mismo se lo dijéramos a Mike, un pollo norteamericano de los años 40, tendría todo el sentido del mundo, ya que después del intento frustrado de ser la cena de su familia de "acogida", fue capaz de vivir durante año y medio sin cabeza. ¿Que no lo cree? Siga leyendo esta historia real. No tiene desperdicio.
Era el 10 de septiembre de 1945, cuando Lloyd Olsen, un granjero de Fruita (Colorado), fue enviado al gallinero por su mujer a coger un pollo tomatero para la cena, ya que recibían la visita de su suegra. El elegido para ser el nuevo huésped de la olla fue un pollo de raza Wyandotte de unos cinco meses de edad llamado Mike y que prometía estar especialmente sabroso.
Lloyd, Mike y su cabeza
Lloyd se agenció una afilada hacha, preparó al futuro ajusticiado, y no se sabe si por que se le movió el pollo, el hacha o estaba nervioso por la visita de la suegra que en el momento del hachazo, en vez de acertar en el cuello, al pobre pollo le rebanó tres cuartas partes de la cabeza, dejándole nada más que una oreja pero con la vena yugular y parte del tronco encefálico intactos. La sorpresa mayúscula se la llevó cuando vio que en vez de morir, el pollo andaba torpemente e intentaba acicalarse y picar, evidentemente sin éxito. En vista del milagro, Olsen decidió dedicarse en cuerpo y alma a cuidar el desgraciado animal descabezado.
Proceso de alimentación
En tanto que la traquea aún era funcional y al pollo aún le permitía respirar -Mike emitía un sordo gorgoteo en vez de cantar-, la falta de pico y ojos le impedían alimentarse por si mismo. Lloyd Olsen, en este caso, solventó el problema alimentándole con una mezcla de leche y agua que le suministraba mediante un cuentagotas. También, de vez en cuando le daba pequeños granos de maíz con los cuales complementaba su dieta. Mike una vez recuperado y acostumbrado a su nuevo centro de gravedad, se movía libremente por toda la granja.
Mike, 3 días después del "susto"
Los Olsen, en vista de lo excepcional de la situación, llevaron a Mike a la Universidad de Utah, en Salt Lake City (a unos 400 kms de su casa) para que los científicos estudiaran qué era lo que había pasado con el pollo. Los escépticos estudiosos determinaron que un coágulo en la arteria carótida seccionada impidió que el animal se desangrara y, en tanto en cuanto las funciones básicas vitales de las gallinas se alojan, no en el cerebro, sino en el tronco encefálico y este no había sido afectado, el pollo pudo hacer una vida relativamente "saludable".
Lloyd Olsen y su "obra"
El portento saltó a los medios de comunicación e incluso las prestigiosas revistas Life y Time le dedicaron sendos reportajes. Ello le proporcionó una gran fama, lo cual llevo a Lloyd a participar en espectáculos con el pollo que le llevaron a ganar hasta 4500 dólares al mes, que teniendo en cuenta que se cobraba a 25 centavos la entrada, da una idea del revuelo que el pollo sin cabeza tuvo en Estados Unidos. Sin embargo, todo se truncó en marzo de 1947.
Mike disecado
Después de una actuación en Phoenix y estando alojado en un motel en el que pasaba la noche, Mike empezó a ahogarse convulsivamente. Al intentar limpiarle la tráquea, Olsen se dio cuenta que, por descuido, las jeringas y los cuentagotas que utilizaba habitualmente se las había dejado en el lugar de la última actuación, no pudiendo hacer nada para evitar la muerte, ahora si, del pollo decapitado 18 meses antes.
Mike, el pollo sin cabeza, hizo auténtico furor y llenó los bolsillos de su dueño mientras que estuvo vivo, lo que provocó que otros granjeros intentaran imitar su proceder. Ello llevó a que unos cuantos pollos siguieran su mismo camino, aunque sin éxito, ya que acaban por morir al cabo de uno o dos días. Sea como sea, en Fruita, hacen desde 1999 un festival en que, anualmente, conmemoran el hecho irrepetible de que un pollo sin cabeza se negara a ser servido en una fuente.
Estatua dedicada a Mike en Fruita (Colorado)