Estimado comentarista anónimo de mi anterior entrada:
Le diré que es un alivio verle por aquí, porque en estos asuntos del 11-M que para mí son tan importantes, sobrellevo con pesadumbre el hecho de que, al menos en mi micromundo, de una u otra manera se da el asunto por amortizado, y sobre ese tono de indiferencia o incluso de rechazo activo general, queda a flote, al final, mi interés como una mera obsesión particular, más o menos encasillada en el mismo depósito en el que se guardan los complejos persecutorios y conspiranoicos en general. Así que permítame, para empezar, agradecerle su desacuerdo. Y ahora, entremos en materia.
Ya tengo observado que el tratamiento que da la wikipedia al asunto del 11-M está sesgado (casi podríamos decir que inevitablemente) hacia la versión que algunos llamamos “oficial”. Resaltaré, para empezar, que los terroristas de Al Qaeda no sólo nunca han tenido inconveniente en admitir su culpabilidad, sino que se muestran orgullosos de sus actos; Jamal Zougam, por el contrario, condenó durante el juicio el atentado de los trenes. El sesgo de wikipedia al que me refiero queda en evidencia por su omisión de datos cualitativamente relevantes en relación a aquéllos de los que informa. Veamos:
En el año 2000, al día siguiente de producirse la victoria por mayoría absoluta del PP de Aznar, se recibió una comisión rogatoria de Francia diciendo que era preciso interrogar a Jamal Zougam y a su madre porque en la agenda de un terrorista francés había aparecido un teléfono que era el de la casa de Zougam. Llegó entonces a España el juez comisionado francés e interrogó a éste y a su madre. El interrogatorio duró poco: les preguntó que si era el suyo el teléfono en cuestión, y ellos le dijeron que no, que se diferenciaba en un dígito. Se hicieron las averiguaciones pertinentes y se comprobó que el teléfono que traía apuntado el juez francés era de la Universidad Autónoma de Madrid.
Así acabó el interrogatorio y la comisión rogatoria francesa: todo había sido producto de un error. Hasta tal punto quedaron aclaradas las cosas, que ocho días después del interrogatorio le concedieron a Zougam el permiso de residencia permanente en España. De todo esto es de lo que no informa la wikipedia.
Sin embargo, a partir de ese momento, es cierto que de esta forma viciada en origen, pasó Zougam a estar incluido en los archivos de la policía entre los sospechosos habituales de islamismo. Llegó ésta incluso a ofrecerle convertirse en confidente suyo, a lo que él, temeroso, contestó que se lo pensaría, aunque nunca llegó en realidad a prestarse a ello. Así es como, cuando apareció la mochila-bomba de Vallecas (prueba falsa, como se ha demostrado en sede judicial recientemente), la tarjeta del teléfono condujo precisamente a Zougam, del que, si no hubiera sido por los testigos que fueron apareciendo después de salir su foto en los telediarios y en la prensa (ocho en total, y que, puesto que se contradecían entre sí, el testimonio conjunto hubiera quedado legalmente invalidado si no hubiera sido porque el juez Bermúdez eliminó a su desconocido arbitrio cinco de los ocho testimonios), se le habría detenido exclusivamente por el supuesto delito de vender tarjetas de móviles, igual que, por ejemplo, hace El Corte Inglés, sin que a nadie se le haya ocurrido detener por ello a Isidoro Álvarez.
En fin, que Zougam acabó siendo condenado, y eso a pesar también de que mientras sus “compañeros de comando” se dedicaban la noche anterior al atentado a montar las bombas en la casa de Morata de Tajuña, él se dedicaba, como habitualmente, a hacer levantamiento de pesas en un gimnasio, como atestigua el personal de ese gimnasio; y a pesar también de que, como confirman su madre y su hermana (no en sede judicial, porque no las dejaron), estuvo durmiendo en su casa hasta las diez de la mañana.
A mí todo esto y todo lo demás que ha ido saliendo a la luz durante los últimos años me parece espeluznante y me conmueve profundísimamente. Y no entiendo (suficientemente) la amputación de sensibilidad que sufre la opinión pública, en general todavía indiferente o tibia, o peor aún, quitándose desabridamente el muerto de encima y metiéndolo en el cajoncito inargumentado etiquetado como “conspiranoia”. Y aún más: que paren este mierda de mundo, al menos el trozo que corresponde a España, que yo me bajo y me retiro de ermitaño a alguna cueva si mis compatriotas son capaces de tragar con todo esto que, quien simplemente abra los ojos, puede perfectamente ver ya (hasta donde es posible ver). Eso sí, antes de retirarme del todo, recomiendo que quien se quiera informar de todo esto, mejor que a la wikipedia, recurra, entre otros, a Luis del Pino, que lleva años clamando en el puñetero desierto.