Revista Opinión

La indecencia política

Publicado el 06 noviembre 2012 por Atandocabetes
LA INDECENCIA POLÍTICA
 He decidido titular esta opinión así porque es la característica más "caracterizadora" de la política actual en Marmolejo y de cómo se comportan nuestros políticos. En casi dos años, estamos sufriendo el pinchazo de nuestra particular burbuja del bienestar y del desarrollo local. Volábamos por encima de cualquier municipio, a contracorriente a veces, pero sabiendo que nuestro principal objetivo era avanzar hacia el futuro, hacia una sociedad más barata, con más posibilidades y más recursos para vivir. Preguntad, éramos la envidia de la provincia y de parte de Andalucía.
Nuestro Alcalde era un Alcalde, no un mindundi. Tenía visión de futuro y era capaz de ver más allá de una legislatura, incluso de dos, de tres... ampliamente refrendado por el pueblo y con capacidad para meter entre sus manos la gestión de un gran pueblo que quiso ser una pequeña ciudad, y lo consiguió. El Alcalde de Marmolejo estaba mejor mirado que el de Andújar. Pero la crisis hace estragos, y prevaleció más la falta de trabajo y la imposibilidad de darlo a la gestión inaudita en la dotación de infraestructuras y servicios. Hasta la Merkel caerá.
LA INDECENCIA POLÍTICA Ahora tenemos un alcalde, en minúsculas, que practica una política indecente, suicida y ruinosa. Hace tiempo que llevo pensando que Marmolejo no levantará cabeza de este parón, de este error democrático, de esta salida inesperada por la derecha. Hace tiempo que compruebo que hieren a Marmolejo gravemente y con secuelas imborrables, con un debate político del más bajo nivel que intenta gritar en el desierto. 
Tengo la cada vez más firme convicción de que los marmolejeños están hartos de escuchar siempre los mismos discursos, ésos que prácticamente se limitan a culpar al otro, ésos que se empeñan en remitirse al pasado y a la herencia recibida, ésos que solo incluyen reproches, chulerías y formas dictatoriales… no consiguen nada más que distanciar todavía más a los gobernantes de los ciudadanos e incide en el desprestigio de un equipo de gobierno que intenta disimular su ignorancia y su engaño electoral. Y al final de todo, hay que preguntarse una cosa, ¿qué saca Marmolejo con esto?
LA INDECENCIA POLÍTICA Los que gobiernan ahora ya sabían que el Ayuntamiento estaba mal, porque todos están mal, y que había una gran cartera de equipamientos y servicios que mantener, por mucho que después se hayan encontrado con más ‘sorpresas’ de las esperadas. Ellos prometieron soluciones y para eso se presentaron a las elecciones. Y prometieron otras muchas cosas que no han cumplido y que no hace falta enumerar aquí porque seguro que están en la mente de la mayoría.
Ellos dicen que están intentando poner en orden el Ayuntamiento y sanearlo. Y, efectivamente, así es, aunque sanear a base de recortes, subidas sangrantes de impuestos y tasas, préstamos bancarios, cierres de edificios...es algo que podría haber hecho cualquiera sin ser ningún ‘salvador’ político, hasta el más tonto. Para ese viaje no hacían falta tantas alforjas, no hacía falta caer en la indecencia política que han caído. ¿Para eso queremos estos políticuchos de tres al cuarto?
Es tal la indecencia que tenemos un alcalde apoyado por el 20% de los votantes del pueblo, es decir, con el 80% de los votantes en contra y es tal la indencencia que lo consiguió mintiendo, escupiendo y traicionando a la gente de izquierdas bajo la promesa de que "con la derecha no se pacta, en Marmolejo no hay pacto".
LA INDECENCIA POLÍTICA Es indecente porque gobierna desgobernando, porque anda hacia atrás, como los cangrejos. Levanta todas las alfombras y hurga para ver si puede saciar su sed de venganza y su frustación política. Es indecente porque construye destruyendo, porque cierra edificios ante la incompetencia de mantenerlos, de llenarlos de contenido, de gente, de felicidad, de servicios y de futuro. Es indecente porque contrata despidiendo, cegado por el nepotismo y la poca vergüenza de predicar lo contrario. Es indecente porque un comunista ha permitido que la derecha mande en el Ayuntamiento, abriéndole las puertas como si hubiera olvidado quiénes son y de dónde vienen. Es indecente porque llora y sonríe a la misma vez, porque pide y gasta, porque recauda y malgasta.
Es indecente porque amenazan, no trabajan, fiscalizan, no escuchan, enjuician, chulean, coartan, prohíben, mienten, se cachondean y sobre todo, lo peor de esta indecencia política, es que a pesar de haber quedado evidentes sus incompetencias, se empeñan en seguir aferrados a un sillón dejando un Marmolejo que ya huele a putrefacto, desilusionado y disimulado entre la frialdad del resto de municipios mediocres de nuestra querida España.

LA INDECENCIA POLÍTICA

No es broma, ya hay despachos que se le parecen a éste en nuestro Ayuntamiento.


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