Creo que ya no me haces falta. Entre más días van, y más contenta me siento, enfocada en nuevos proyectos. La vida pasa feliz. A veces queremos encajar en ciertos perfiles, que las personas trazan. Y cuando no podemos, nos sentimos mal. Pero ahí entra nuestra determinación por ser original.
Una historia para ser feliz, no tiene por qué ser de amor. Y además una historia de amor tampoco debe ser un drama. Todo depende sobre que tanto sentimiento le impregnemos. Alguien se marchitará ante un abandono. Y otra persona se alegrará y hasta celebrará.
Hay veces en que no entendemos que la vida no te quita cosas, más bien, te libera de cosas. Y no sabes el peso que le aportan a tu vida, hasta que te liberas.
A veces no sabemos qué queremos, y buscamos, cuando la felicidad está a tu alcance. Añoramos ser felices en algún punto de la vida. Cuando nos vamos a sentir muy contentos con meditar en las cosas lindas que tenemos.
Sonríe, si leíste esto, piensa en cuantas cosas tienes y si las darías por un deseo vano. Por un millón de monedas de oro. Lo darías? Apuesto que no.