Revista Infancia

La independencia se da con los años....

Por Janeth
La independencia se da con los años....
No siempre nos van a necesitar con tanto afánEllos van creciendo y pasando etapasEntre risas de alegrías y llantos de desencanto Por la pelota perdida, por la mami que trabaja, por más parque por más mami o porque papá trabaja……..Se escurre ya su infanciaNos quedamos observando como pasan de bebés a niños que juegan tantoQue parecen no tener cansancio en su cuerpo tan pequeño y travieso……………..
Y miramos admiradas como aquel bebé de brazos que no nos podíamos alejar ni un segundo de su vista, va jugando y estando cada día un poco más lejos de nosotros, ya no somos su exclusiva, ya no depende de nosotros para moverse o desplazarse, gana autonomía con cada día.Cansa mucho la dependencia de un bebé de su madre?? Si, cansa mucho, pero son unos pocos meses de exclusividad, como máximo entre 7 y 9 meses cuando empiezan a gatear y conocer el mundo, y depende de lo segura y cómoda que tengamos la casa para el pequeño explorador no tendremos accidentes ni sustos mientras conoce toda la casa por su cuenta.La sociedad, los amigos, la suegra, el vecino, el pediatra, todos nos dicen que los bebés apenas salen del útero materno deben ser independientes y que no lo debemos “malacostumbrar”y no es así, la independencia es una escalera muy larga que debe subir el bebé con calma y devolverse al peldaño anterior de ser necesario hacerlo. Tanta prisa nos lleva a ser adultos con más o con menos neurosis, victimas del afán a que hemos sido sometidos desde el mismo momento de nuestro nacimiento cuando nos arrancan de los brazos de lo único hasta ahora para nosotros conocido: el olor de mamá, una mamá que seguiremos reclamando y buscando toda la vida si nuestras necesidades de contacto, caricias y miradas no han sido lo suficiente para copar nuestra bien merecida cuota de cariño materno en el mundo.Si, es cansado y puede hacerse insoportable la crianza de uno o más pequeños si no tenemos nosotras también la mirada amorosa y de contención para poder sobrellevar esa hermosa carga como lo es atravesar las noches y días con un bebé en brazos que reclama constantemente nuestra atención.Si, puede tornarse pesado si no buscamos herramientas personales que nos ayuden a sanar nuestro niño herido y lastimado para no posar sobre nuestros pequeños hijos las lesiones heredadas de nuestros padres que a su vez heredaron de nuestros abuelos una manera patriarcal y machista de criar: el niño en su cuna calladito mientras la mujer atiende al hombre, eso sí bien bonita y sonriente (aún en pleno puerperio). A todas esas mamás que tienen ahora mismo su bebé en brazos y que las rebasa el cansancio, la fatiga, las ojeras, el desespero de días y meses sin dormir, les digo que bien vale la cuota de amor en exclusiva que le demos a nuestros pequeños, porque si es verdad que no es una receta infalible, es un paso amoroso para llevarlos a conocer el sendero de la vida de una manera diferente y que les enseña que todo ser humano y animal que habita el mundo merece ser tratado con amor, respeto, paciencia y cariño, eso mismo que le dimos en sus primeros meses de vida pese a nuestro cansancio y miradas de desaprobación.  Cuando su bebé sea un niño grandecito y les rodee con sus brazos y les diga: mami te amo o cuando ustedes estén en cama con un malestar y ellos entiendan que mami no está disponible por ahora (lo entienden con la edad), entonces nos queda por dentro el buen sabor de haber tenido la paciencia y la infinita sabiduría para transitar la maternidad dando a nuestro pequeño lo mejor de nosotras, así no lo hayamos tenido.Janeth Ivimas.

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