Revista Opinión
Ya era hora de que despertara la dirección o personas influyentes del partido, después de que lo hiciera la militancia, después de que lo hicieran los simpatizantes, después de que lo hiciera la ciudadanía.
Primarias o Congreso, debate sobre todo, y rápidamente sin miedos a lo que dirá la gente (los ultramedios a tope ya tienen tema para rato), equipos dirigentes apartándose un poco abriendo puertas y ventanas. Es muy difícil determinar, sobre todo desde fuera, cuál será la salida posible, como siempre dependerá de las fuerzas que apoyarán cada opción y a cada nuevo equipo y no solo de la verdad o razón de cada alternativa, dependerá de la política de alianzas, de la relación con la sociedad y la militancia, pero muévanse deprisa, ya han descansado demasiado tiempo.
O la ciudadanía los apartará mucho más que ahora, que puede ser.
Parece como si hubieran estado esperando a los resultados de las elecciones para ponerse en marcha. Un tiempo precioso perdido porque desde hace muchos, muchos meses que llevan hasta años atrás, el partido como institución colectiva ha estado dormido y demasiado alejado del debate y discusión de la toma de decisiones, excesivamente centralizadas sobre todo en el Presidente del Gobierno.
¿Acaso sus responsables no veían la gravedad de la situación?, ¿por qué esperar tanto? Quizás porque no pensaban que la gravedad era tal, porque no tenían suficiente permeabilidad con la ciudadanía e instituciones civiles para recibir influencias sociales, porque no tenían agallas suficientes para enfrentarse a sus compañeros y reclamar su voz y su voto. Parece como si hubieran esperado a las elecciones ‘para no perjudicar más’ y ver qué ocurría, confiados en que el electorado comprendiera no se sabe bien el qué y los justificara.
Un partido es un ente, que para que sea eficaz debe funcionar como tal intelectual colectivo, abierto hacia la ciudadanía e instituciones civiles, abierto dentro de sí mismo a sus militantes y simpatizantes y en comunicación constante con la sociedad. Llevan varios años cerradas demasiadas instancias y órganos diversos, hasta que empieza a salir la indignación. Podría ser peor, ahora está herido, no totalmente destrozado (como dice Leguina), pero podría reventar, ¿por qué no?
Mis escritos, enlazados en el lateral, contienen estas ideas formuladas en momentos concretos anteriores. La responsabilidad del equipo dirigente es muy alta, empezando por el Sr. Zapatero, que sí nos ha fallado, pero también lo han hecho demasiadas instancias y órganos de dirección a muchos niveles sean centrales, autonómicos, locales, (o con los nombres que tengan) que no han exigido con suficiente fuerza transmitir y participar en la política socialista, en la política española.
PD. Todo este blog 'Arian seis' desarrolla de una u otra forma estos temas, la crisis económica versus crisis política, y los errores de la izquierda en su tránsito, que son los que intento volcar en el lateral.
Pero quizás más directamente relacionado con el post que publico, hay 2 temas escritos hace justo un año que recomiendo para quienes quieran ampliar:
¿Y si se convocaran elecciones?
Carta abierta a Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Primarias o Congreso, debate sobre todo, y rápidamente sin miedos a lo que dirá la gente (los ultramedios a tope ya tienen tema para rato), equipos dirigentes apartándose un poco abriendo puertas y ventanas. Es muy difícil determinar, sobre todo desde fuera, cuál será la salida posible, como siempre dependerá de las fuerzas que apoyarán cada opción y a cada nuevo equipo y no solo de la verdad o razón de cada alternativa, dependerá de la política de alianzas, de la relación con la sociedad y la militancia, pero muévanse deprisa, ya han descansado demasiado tiempo.
O la ciudadanía los apartará mucho más que ahora, que puede ser.
Parece como si hubieran estado esperando a los resultados de las elecciones para ponerse en marcha. Un tiempo precioso perdido porque desde hace muchos, muchos meses que llevan hasta años atrás, el partido como institución colectiva ha estado dormido y demasiado alejado del debate y discusión de la toma de decisiones, excesivamente centralizadas sobre todo en el Presidente del Gobierno.
¿Acaso sus responsables no veían la gravedad de la situación?, ¿por qué esperar tanto? Quizás porque no pensaban que la gravedad era tal, porque no tenían suficiente permeabilidad con la ciudadanía e instituciones civiles para recibir influencias sociales, porque no tenían agallas suficientes para enfrentarse a sus compañeros y reclamar su voz y su voto. Parece como si hubieran esperado a las elecciones ‘para no perjudicar más’ y ver qué ocurría, confiados en que el electorado comprendiera no se sabe bien el qué y los justificara.
Un partido es un ente, que para que sea eficaz debe funcionar como tal intelectual colectivo, abierto hacia la ciudadanía e instituciones civiles, abierto dentro de sí mismo a sus militantes y simpatizantes y en comunicación constante con la sociedad. Llevan varios años cerradas demasiadas instancias y órganos diversos, hasta que empieza a salir la indignación. Podría ser peor, ahora está herido, no totalmente destrozado (como dice Leguina), pero podría reventar, ¿por qué no?
Mis escritos, enlazados en el lateral, contienen estas ideas formuladas en momentos concretos anteriores. La responsabilidad del equipo dirigente es muy alta, empezando por el Sr. Zapatero, que sí nos ha fallado, pero también lo han hecho demasiadas instancias y órganos de dirección a muchos niveles sean centrales, autonómicos, locales, (o con los nombres que tengan) que no han exigido con suficiente fuerza transmitir y participar en la política socialista, en la política española.
PD. Todo este blog 'Arian seis' desarrolla de una u otra forma estos temas, la crisis económica versus crisis política, y los errores de la izquierda en su tránsito, que son los que intento volcar en el lateral.
Pero quizás más directamente relacionado con el post que publico, hay 2 temas escritos hace justo un año que recomiendo para quienes quieran ampliar:
¿Y si se convocaran elecciones?
Carta abierta a Juan Carlos Rodríguez Ibarra.