Revista Infancia

La infancia de ayer y de hoy

Por Ladya

A través del blog de Walewska, Mamis y bebes, me enteré que los de Cleverkids ( tienda de jugetes on-line ) habían organizado una encuesta en Facebook para saber que preferíamos, si nuestra infancia o la de nuestros hijos ( si os pasáis por su Facebook, sortean un libro entre todos los que respondan a la encuesta...).
Yo ya he respuesto la encuesta, pero, me ha dado mucho que pensar. Realmente ¿ Mi infancia fue mejor que la que está teniendo mi hija ? ¿ Cambiaría mi infancia por la suya ?
Por un lado, no cambiaría mi infancia, poder jugar en la calle, en los parques, sin miedo a nada, sin teléfonos móviles para controlarte,... Aunque suene a vieja cebolleta, las cosas han cambiado mucho en treinta años. Jugar en la calle no es seguro, aunque seguramente hace treinta años tampoco lo era pero eramos menos conscientes de los peligros....
Hay una descripción muy buena de lo que fue mi generación en un grupo de Facebook. Os dejo algunas de las cosas que son características de esa generación de los nacidos en los años 70...

  1. Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma, el rescate o el bote bote y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos
  2. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice
  3. Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos 'bodrios' como: Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir, que te gustaron en su momento, pero... vuélvelas a ver, verás que chasco. Somos la generación de Compañeros, de Al salir de clase...Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no aparecía, con las putadas de la Señorita Rottenmayer.
  4. Hemos
    vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nos pusimos bombers sin miedo a parecer skin heads. Nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años (Esas J'hayber!)
  5. Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso. Fuimos los últimos en hacer BUP y COU, y los pioneros de la E.S.O. Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta tirarnos del trabajo
  6. Nos emocionamos con Superman, ET, los Goonies o En busca del Arca Perdida
  7. Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas apretujadas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!! Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto. Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que
    nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente (o los más afortunados con Orión). Y ligábamos con los niñ@s jugando a beso, verdad y atrevimiento o al conejo de la suerte, no en un Chat. Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. Sabias que se rifaba una ostia si vacilabas a un mayor. No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso nos soltaba un guantazo o un zapatillazo y te callabas. Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello


Por otro lado, si la cambiaría, ya que yo no pude disfrutar apenas de mi madre cuando era pequeña, siempre estaba trabajando y tenía horario de tarde, con lo que no solía verla más que al levantarme. Nunca estaba en casa para navidad o año nuevo.... Se que lo hacía por mi, que tenía que trabajar para mantenerme, pero siempre he echado de menos a mi madre y por eso nuestra relación ahora es distante....Yo he intentado pasar mucho tiempo con mi hija y, mi intención, es seguir así. No quiero que en un futuro mi hija se sienta como me sentí yo de pequeña por no tener una madre cerca....
¿ Como lo veis vosotros? ¿ Cambiaríais vuestra infancia por la de vuestros hijos?


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