La ingenua

La chiquita piconera, de Julio Romero de Torres
"Entréme donde no supe, y quedéme no sabiendo, toda ciencia trascendiendo". San Juan de la Cruz, de la “Glosa a lo divino”, de la “Noche oscura”.
Siempre la habían tachado de ingenua, pero nunca creyó serlo hasta que un acontecimiento le confirmó la evidencia de su candidez. Incitada por palabras amables que la reclamaban y le prometían dicha, acudió con su equipaje de buenas intenciones. Al llegar a donde tanto la habían llamado, se le torció la sonrisa. No era esperada ni las frases vertidas con anterioridad tenían valor alguno. Desolada, retornó a su concha. Aún faltaban muchas lunas para saber si adquiriría una nueva fe que le permitiese salir al exterior y no temer la mentira en los mensajes y en los gestos ajenos. Con sus nuevas vestiduras de desconfianza, consideraba indigno salir al mundo.