Revista Humor
Es curioso, me he sentado a mirar el correo, leer algunos titulares y opiniones de la red, mientras he puesto música, Will Ackerman, un guitarrista que consigue estremecerme cada vez que lo escucho. Mientra leía comentarios sobre la extraña huelga general de la función pública de ayer, las notas de la canción me han transportado a un territorio melancólico y absurdo. Tal vez el título provoque esta sensación de pérdida del idealismo y la inocencia, ese tiempo en que todavía uno creía que había gente en la política, en los sindicatos, etc. que buscaba la verdad y la justicia. Ahora se agreden entre sí por un quítate tú que me haces sombra y defienden los salarios de los que tienen el trabajo bastante más asegurado que la media. El espectáculo es lamentable y triste, muy triste.Pero fuera está lloviendo, como si presagiara que, efectivamente, es inminente la muerte del espíritu virgen.