La investigación realizada por la
Escuela de Medicina UConn, la Escuela de Medicina Dental UConn, la Escuela de
Salud Pública de Yale, la Universidad de Quinnipiac, el Hospital de Hartford y
el Consejo de Salud Hispana publicada en el Journal of Nutrition señala
que quienes viven en hogares donde el acceso a alimentos nutricionalmente
adecuados es limitado o incierto están afectados de manera desproporcionada por
trastornos metabólicos como la diabetes tipo 2. Según los investigadores, la
inseguridad alimentaria puede aumentar la obesidad relacionada con la dieta y
el exceso de grasa abdominal. Además, la inseguridad alimentaria es estresante.
A menudo se acompaña de angustia mental, que desencadena la liberación de cortisol
y otras hormonas del estrés. Estas hormonas pueden conducir a la progresión de
la resistencia a la insulina. Los investigadores probaron la relación utilizando
datos de referencia del ensayo aleatorizado controlado de CALMS-D (Community
Health Worker Asisters Lating-Tress and Diabetes). Donde midieron la glucemia
en ayunas, los niveles de insulina, las hormonas del estrés y los marcadores de
inflamación y encontraron que, los individuos con inseguridad alimentaria
tenían una resistencia a la insulina, hormonas del estrés y colesterol total
significativamente mayores. Los hallazgos resaltan la importancia de
implementar intervenciones que aborden la inseguridad alimentaria para mitigar
sus efectos sobre el estrés y la resistencia a la insulina.
Revista Salud y Bienestar
La investigación realizada por la
Escuela de Medicina UConn, la Escuela de Medicina Dental UConn, la Escuela de
Salud Pública de Yale, la Universidad de Quinnipiac, el Hospital de Hartford y
el Consejo de Salud Hispana publicada en el Journal of Nutrition señala
que quienes viven en hogares donde el acceso a alimentos nutricionalmente
adecuados es limitado o incierto están afectados de manera desproporcionada por
trastornos metabólicos como la diabetes tipo 2. Según los investigadores, la
inseguridad alimentaria puede aumentar la obesidad relacionada con la dieta y
el exceso de grasa abdominal. Además, la inseguridad alimentaria es estresante.
A menudo se acompaña de angustia mental, que desencadena la liberación de cortisol
y otras hormonas del estrés. Estas hormonas pueden conducir a la progresión de
la resistencia a la insulina. Los investigadores probaron la relación utilizando
datos de referencia del ensayo aleatorizado controlado de CALMS-D (Community
Health Worker Asisters Lating-Tress and Diabetes). Donde midieron la glucemia
en ayunas, los niveles de insulina, las hormonas del estrés y los marcadores de
inflamación y encontraron que, los individuos con inseguridad alimentaria
tenían una resistencia a la insulina, hormonas del estrés y colesterol total
significativamente mayores. Los hallazgos resaltan la importancia de
implementar intervenciones que aborden la inseguridad alimentaria para mitigar
sus efectos sobre el estrés y la resistencia a la insulina.
