Con la aparición de las tecnologías de la información, el ser humano creyó ser dios y miró al cielo reclamando su lugar como dueño y señor… Y el cielo lloró millones de lágrimas para que nadie olvidase que la naturaleza todavía es superior.
Con la aparición de las tecnologías de la información, el ser humano creyó ser dios y miró al cielo reclamando su lugar como dueño y señor… Y el cielo lloró millones de lágrimas para que nadie olvidase que la naturaleza todavía es superior.