Esto parece el cuento de nunca acabar. Es como ese famoso hoyo que tratamos de hacer en la playa y que ola tras ola nos va rellenando sin que nada podamos hacer por que tenga profundidad.
Los Mercados son insaciables y sus servidores inmediatos son los que les promocionan con su voz y eco. Ahí está el Banco de España y la Unión Europea, voceros mayores del reino, diciéndonos que tenemos que seguir haciendo los deberes para alcanzar la gloria del neoliberalismo, o sea mantener vivas las empresas y las instituciones financieras a costa de que los trabajadores y ciudadanos se conviertan en esclavos de ellas.
Tenemos que seguir haciendo sacrificios. Todo lo que ha ocurrido es sólo una parte, y hay que darse prisa porque nos puede ocurrir lo que ya ha sucedido con Grecia, Irlanda y Portugal. O sea que quebremos y nos compren a precio de saldo.
Y aquí estamos para obedecer, que para eso son los que mandan. Se trata de reducir el déficit hasta límites insospechados. O sea ni la dieta Dukan sirve para que adelgacemos lo que nos piden. Y ¿cuándo acabará esto? Esto es el cuento de nunca acabar.
El tal Mafo, gobernador del Banco de España no hace sino meter presión al gobierno, olvidándose de que es a él a quien debería servir, para que cumpla las órdenes de Los Mercados. Ahora trata de presionar para que la reforma laboral se concluya con que el mercado laboral sea más flexible. Se ve que para este alto funcionario es rígido. ¿Qué más flexibilidad se puede pedir, cuando estamos a la cabeza de Europa en empleo precario?
Mientras, la Unión Europea sigue a lo suyo, mandando recaditos para que el gobierno, que ha demostrado ser facilón y dejarse querer, siga con las reformas que requiere la disminución del déficit y para ello ha lanzado medidas que pretende que sean órdenes:
Entre estas maravillosas sugerencias la UE pretende que se incremente el IVA, se aumenten los impuestos sobre la energía y se reduzcan los cotizaciones a la seguridad social de las empresas. Como se puede observar, son iniciativas siempre a favor de los mismos.
Mientras, el gobierno por boca de su vicesecretaria económica ha dicho que ahora no es el momento, lo cual quiere decir que encontrará ese momento para volver a pegar otro tijeretazo que servirá para calmar, momentáneamente, a Los Mercados.
Porque, ¿cuándo se habrá acabado la reforma del edificio? Siempre quieren más, no se ve el final, y da la impresión de que no acabará nunca.
Los Mercados no nos dirán hasta dónde quieren llegar, han visto que somos obedientes y seguirán dando vueltas de tuerca hasta que hayamos cedido del todo.
O nos plantamos y nos unimos a ese tsunami del movimiento 15-M, que pretende cambiar estar relaciones de poder tan asimétricas, o terminaremos lamentándonos y recordando tiempos mejores.
Como indignados acudamos a la próxima manifestación que se convoca desde el movimiento M-15, para el próximo 19 de junio en las principales ciudades de España. Es nuestra única esperanza.
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