Llevo años defendiendo que hay cientos de animales abandonados en todo el mundo y de personas que necesitan ayuda y compañía y bastaría con presentarlos para que la vida de todos mejorara. En estos Juegos Olímpicos de París 2024, la estadounidense Simon Biles volvió a sacar a las pistas la salud mental y nos presentó a Beacon, un golden retriever que ha tenido mucho que ver en la estabilidad de ella y sus compañeras y que se unió al equipo en Tokio 2020.
Por otra parte, en estos últimos días, la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona ha señalado los beneficios que los perros aportan a la hora de luchar contra el acoso escolar y de ayudar a sanar a las víctimas. Algunas víctimas de bulling relatan cómo sus perros fueron una parte fundamental de sus tratamientos médicos para sanar las heridas físicas y mentales del acoso.
Y llegados a este punto, perdonen el autobombo, pero hace años que la ilustradora Verónica García y yo decidimos dar vida a Un perro callejero, un cuento para niños mayores de 9 años que, justo, aborda la realidad del abandona animal y del acoso escolar. Es cierto que no todos los perros pueden convertirse en animales de terapia, pero si se invirtieran más fondos en descubrirlos, en establecer esos hilos entre la inmensa capacidad de inteligencia emocional de los peludos y las necesidades de muchos seres humanos, creo que por fin estableceríamos la relación que tanto ellos como nosotros nos merecemos, no como tutores y mascotas, sino como verdaderos compañeros de viaje.