Revista Medio Ambiente
El mayor revuelo que se ha visto en éste país en los últimos tiempos y que está próximo a causar un incidente diplomático entre Francia y España, lo han ocasionado unos muñecos de goma que hacían una parodia sobre el dopaje en España.
Mientras aquí nos rasgamos las vestiduras por semejante estupidez, sobre la que se muestran tremendamente ofendidos el presidente del gobierno, todos los ministros en pleno y hasta el propio rey (que ha usado una ingeniosísima frase para criticarlos), nos vamos olvidando de que hace unos meses se han recortado 600 millones de euros en el presupuesto destinado a investigación, una reducción del 37% respecto al presupuesto de años anteriores. Un recorte casi idéntico a las subvenciones públicas que el estado destina anualmente a las corridas de toros y que por cierto se van a incrementar en este ejercicio, porque según palabras del Ministro de Educación, Cultura y Deportes "son un bien cultural".
Este hachazo mengua aun más los recursos destinados a I+D+i, que en 2008 eran los más bajos de la UE, ya que representraban tan sólo el 1,34% de nuestro PIB, sólo superado por Italia con el 1,18 y por Grecia con el 0,57% y que el anterior gobierno ya había recortado anteriormente. Incluso Portugal, un país intervenido por la UE, se gasta el 1,51% de su PIB en investigación. Mientras en otros países el presupuesto destinado a este capítulo se ha mantenido o se ha incrementado (Finlandia: 3,46%; Alemania: 2,54%; Austria: 2,66%; Reino Unido: 1,88%) y los terribles franceses se gastan el 2,02% en investigación, en España al gobierno lo que le preocupa es que un monigote firme con una jeringuilla y en cambio no les importa que las revistas científicas critiquen esta política propia de un país tercermundista. Tampoco les importa la opinión de los investigadores, que califican estos recortes como un auténtico suicidio científico, opinión de la que se ha vuelto a hacer eco la revista Nature.
Quizás debería salir Bob Esponja o el Gallo Claudio imitando a un científico español trabajando, a poder ser analizando una muestra con una cuchara de madera, para que el gobierno se indigne y actúe. Mientras eso ocurre esperemos que Forges siga sacando a Mariano (caramba, que coincidencia) y a Concha, hablando claro (Gracias Forges, por no olvidarte de nosotros). Pero que tenga cuidado, que en estos tiempos y con este paisanaje, una caricatura puede ser un arma de destrucción masiva.
PD: en cuanto a los guiñoles franceses, como decía Gila: "el que no sepa aguantar una broma, que se vaya del pueblo"