Los expertos reclaman más financiación, recursos y coordinación en oncología.
AINHOA IRIBERRI .MADRID
El cáncer es la segunda enfermedad que más mata en España, tras las cardiovasculares. Este dato contrasta, sin embargo, con los avances conseguidos en la lucha contra la enfermedad, que han conseguido que alrededor de seis de cada diez tumores malignos sean hoy curables, como recuerdan oncólogos y pacientes en el Día Mundial del Cáncer, que se celebra hoy.
Las pequeñas pero decisivas victorias acumuladas a lo largo de los últimos años, sobre todo gracias a la irrupción de la medicina personalizada, no impiden, sin embargo, poner de manifiesto la necesidad de mejorar la investigación, tanto básica como clínica, contra este conjunto de más de cien patologías, que se engloban bajo el nombre común del cáncer y que sufren anualmente en España 200.000 personas.
No hay duda de que el tratamiento de las enfermedades oncológicas en España está al nivel del de la mayoría de los países y, poco a poco, la sociedad ha ido asimilando que acudir al extranjero para tratarse un tumor maligno es una opción no recomendada en la gran mayoría de los casos, a pesar de que durante años ha sido la alternativa escogida por personas con elevada presencia mediática.
Pero si bien España es un país en el que se puede definir como excelente la atención oncológica, no se puede decir lo mismo de la investigación. Diversos expertos destacan que el país necesita esforzarse más para elevar un nivel excelente en algunos grupos concretos, pero que es muy mejorable a nivel global. Financiación, recursos y coordinación de esfuerzos parecen ser las claves para seguir subiendo puestos en la investigación del cáncer.
"La investigación básica a nivel general no es especialmente puntera", reconoce el director del Programa de Investigación Clínica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Manuel Hidalgo. Para este especialista, que trabaja en lo que define como un centro "con un nivel internacional muy alto", hay "grupos muy potentes", entre los que destaca los dirigidos por Manel Esteller, en el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell); Carlos López Otín, en el Instituto Universitario de Oncología; Joan Seoane, en el Instituto de Oncología Vall d'Hebron (VHIO) o Eugenio Santos, del Centro de Investigación del Cáncer (CIC), entre otros.
Esteller, por su parte, considera que hay grupos "de 8", pero que la nota global no pasaría "de un aprobado alto, un 6 o un 6,5". Este especialista en epigenética la ciencia que explica cómo las modificaciones químicas externas pueden hacer que, de dos personas con los mismos genes, una enferme y otra no cree que la investigación "debe ser promocionada". "La desaparición del Ministerio de Ciencia no es una buena noticia, como tampoco lo es el anunciado recorte de 600 millones de euros en investigación; dejar de investigar es mucho más caro que hacerlo", resume.
Un nivel competitivo
Algunos especialistas en cáncer son más optimistas, sobre todo al evaluar a la vez la investigación clínica y la básica. Es el caso del jefe del laboratorio de Expresión Génica y Cáncer del VHIO, Joan Seoane, que tiene una visión positiva, en la que sitúa a España "con un nivel elevado y competitivo, similar al de otros países. Mi nota sería un notable, aunque no para todos los centros", apunta. Seoane trabaja en uno de los escasísimos centros españoles en los que se hacen ensayos clínicos precoces, aquellos que prueban la seguridad y la dosis de nuevos medicamentos, los de fase I y II. "Está claro que hay que tener integrados estos estudios precoces con centros de investigación básica, pero es algo que no se puede hacer en todos los sitios", apunta este experto.
Hidalgo reconoce que en este aspecto hay "espacio para crecer", y señala que, sin embargo, el asunto cambia cuando se habla de ensayos clínicos más avanzados. "En lo que se refiere a los de fase II-III [en los que ya se prueba la eficacia de los nuevos fármacos con grupos multitudinarios de pacientes], tenemos una estructura razonable y un gran trabajo de los grupos cooperativos, como el Grupo Español de Cáncer de Pulmón, el de Estudio y Tratamiento de Tumores Sólidos (Solti), o el de Cáncer de Mama (Geicam), entre otros".
Para el director científico del Idibell, Gabriel Capella, la percepción menos positiva que tienen algunos especialistas sobre la investigación oncológica en España se debe a que no tienen en cuenta lo reducido del número de investigadores en el país. "Nos comparamos con países que tienen más masa investigadora y tendemos a despreciar nuestros resultados", reflexiona.
El coordinador del Grupo de Investigación Traslacional de la Sociedad Española de Oncología Médica (Seom), José Luis Pérez Gracia, señala un aspecto poco conocido de los ensayos clínicos, la parte más visible para los pacientes de la investigación frente al cáncer. "Los pacientes no son conscientes de que los ensayos clínicos son la oportunidad de recibir los tratamientos más prometedores, a veces varios años antes de su comercialización", apunta este especialista, que ejerce en la Clínica Universitaria de Navarra. "Cuando se les ofrece, hay pocos que se niegan a participar, no hay un conocimiento ni una demanda", comenta. La realidad es que, en España, cualquier paciente puede informarse de cuáles son los últimos ensayos clínicos que se están llevando a cabo sobre su enfermedad. Basta con entrar a la página web de la Seom, filtrar los resultados por tipo de neoplasia y estadio del cáncer, y el paciente verá qué es lo último que se está probando en España.
Pérez Gracia apunta también a otro problema de la investigación clínica española: los plazos. Para el experto, se tiende a duplicar tareas cuando varios centros participan en un ensayo, cuando el proceso podría agilizarse. "Si en muchos países de Europa se tarda dos semanas en poner en marcha un ensayo, en España es raro que se baje de los dos meses", concluye.
El responsable de este grupo de la Seom ha puesto en marcha un importante estudio para identificar y validar biomarcadores asociados al riesgo de cáncer y a la respuesta a los tratamientos, en el que ya participan 12 hospitales. "El objetivo es compartir el máximo número de muestras oncológicas; sabemos que los pacientes quieren contribuir, pero hay que hacerlo siguiendo estrictamente los procedimientos legales", apunta. El proyecto cuenta de momento con poca financiación (hasta ahora sólo por parte de la propia Seom).
Sin dinero es muy difícil investigar, y aún más hacerlo en tipos de cáncer poco frecuentes. "Para ello hace falta dinero de recursos públicos", subraya Hidalgo. Un informe de la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (Eco) cifró en 2009 el gasto en I+D en oncología en 400 millones de euros. De esta cifra, el 70% correspondería al sector privado, que invirtió sobre todo en ensayos clínicos, el 25% al sector público y sólo un 5% a la filantropía, una vía de financiación que los expertos creen que podría aumentar en España, y más en la situación actual de crisis económica.
La directora del CNIO, María Blasco, declaró ayer en Radio Nacional que habría que intentar implantar en España la fórmula del micromecenazgo, muy común en Reino Unido, donde gran parte de la investigación básica está financiada por pequeñas donaciones voluntarias particulares. "Está claro que la gente quiere ayudar, como lo demuestra el movimiento surgido en redes sociales a favor de una casilla en la declaración de la renta para apoyar la investigación", declaró.
a Seoane, que define como "una pena" los anunciados recortes en investigación, en la situación de crisis actual "hay que ser imaginativos" y buscar nuevas fuentes de financiación como, por ejemplo, apoyos a la filantropía. "Es un buen momento para hacer cambios y podríamos salir fortalecidos de esta crisis", reflexiona el experto, que cree que se puede "generar una economía basada en la investigación".
Refiriéndose a la financiación pública de proyectos relacionados con el cáncer, Hidalgo subraya como "interesante" la iniciativa de la Plataforma Española de Ensayos Clínicos (Caiber). "Ponen dinero público para dotar a los hospitales con infraestructura que permita hacer estudios no regidos por intereses comerciales", comenta este oncólogo. Hidalgo reconoce que la investigación está sesgada por la frecuencia de los distintos tipos de cáncer, aunque ha habido enfermedades no muy frecuentes en los que hallazgos biológicos han conducido a la traslación en la clínica "con resultados muy buenos" en enfermedades no muy frecuentes como el melanoma avanzado.
http://www.publico.es/ciencias/420268/la-investigacion-necesita-mejorar