Revista Ciencia

La investigación “se viste de Prada”

Por F.guiral - S.pérez

Sara Pérez Jerónimo

Periodista

La investigación “se viste de Prada”Pese a que muchas mentalidades aún consideren que la igualdad de sexos es un mero espejismo, cada día somos muchos los que luchamos por intentar dar un paso más allá, subiendo los peldaños de una escalera que hace menos de un siglo sería totalmente impensable para muchos.

Sin embargo, aun hay muchas piedras en el camino. Piedras que día a día la sociedad,  y concretamente TODAS nosotras hemos de saltar.

Si echamos un vistazo a las distintas disciplinas es posible comprobar como hasta hace poco, uno de los mundos “reservados a los hombres” era el científico. Cada día, la presencia femenina en los laboratorios es más frecuente. No obstante, la mujer aún ha de luchar contra los mismos tópicos que hace unos años nos acechaban.

Según los datos estadísticos procedentes de los informes realizados por la UE, existe prácticamente igualdad entre el número de hombre y mujeres que inician una carrera científica, algo que a lo largo del tiempo comienza a difuminarse como un carboncillo y abre una enorme grieta cuando se opta por la carrera investigadora.

Aún tenemos que hablar de grandes diferencias cuando se trata de ocupar altos cargos como los puestos de dirección en grupos de investigación, algo que ya demostraban las cifras publicadas por el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona en junio de 2009, las cuales afirmaban que el porcentaje de mujeres doctoradas en ciencia es superior al de los hombres, representando cerca de un 53%. Pese a esto, un 83% de los cargos de responsabilidad son ocupados por los hombres.

¿El motivo? Para muchos está ligado a aspectos socioculturales y políticos.

¿Para mí? Aún estamos inmersos en un clima de desigualdad irracional que deberíamos dejar de lado cuanto antes.  Porque la valía y la carrera de una persona se debe juzgar por su trabajo y su labor, no por su sexo u otros motivos personales arraigados a la persona y a lo que somos: seres humanos.

Premio L’oreal – UNESCO “Por las mujeres en la Ciencia”

Nacido en 2006, este galardón es una apuesta por el desarrollo del binomio ciencia - mujer. Una iniciativa que cada año premia la labor de cinco mujeres investigadoras menores de 40 años, con una bolsa de 15.000 euros. Su finalidad es clara: apoyar el papel de la mujer científica, su reconocimiento y entre otras muchas cosas, el fomento de la conciliación de la vida laboral y familiar.

Así, el pasado mes de noviembre, se celebró la quinta edición de estos premios, que reconocieron la labor de cinco investigadoras con carreras de lo más variado e interesante.

Un galardón que reconoce el importante papel de la mujer en la sociedad científica. Porque le pese a quien le pese, la investigación “se viste de Prada”.

La investigación “se viste de Prada”

Elena Ramírez y la búsqueda de nuevas cosechas biotecnológicas

En el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas (INI), Elena Ramírez Parra se encuentra inmersa en un proyecto para caracterizar los mecanismos de respuesta de las plantas frente a agresiones externas como la sequía, la salinidad de los suelos, la presencia de metales pesados y las temperaturas extremas. El objetivo de su trabajo es sentar las bases para la generación de nuevas variedades y cosechas mejoradas genéticamente.

Sin embargo, aun queda mucho camino por recorrer, especialmente después de la publicación de los datos del informe ISAAA 2010, que muestran la brecha existente entre las grandes cifras que atestiguan el crecimiento mundial generalizado de los cultivos biotecnológicos y la situación de Europa, estancada en la cola de la lista.

La senda nanotecnológica de Mª Antonia Herrero

Mª Antonia Herrero es licenciada en Ciencias Químicas y desarrolla su trabajo diario en la Universidad de Castilla-La Mancha, donde dedica su esfuerzo al ámbito de la nanotecnología.

Su objetivo esencial es el estudio de los nanomateriales y las nanoestructuras que puedan actuar como transportadores farmacológicos o genéticos, lo que podría suponer nuevos avances en nanomedicina y en el tratamiento e investigación de enfermedades como el Alzheimer.

Una senda compleja pero que se ha convertido en todo un desafío profesional y personal. “Con este proyecto, intentamos combatir enfermedades actuales para las que no existe un tratamiento efectivo. Me apasiona la idea de poder combatir una enfermedad tan cruel como el Alzheimer, que desgraciadamente me afecta de forma muy cercana” asegura Herrero.

Mercedes Vila – Materiales para la pérdida de masa ósea

Licenciada en Físicas y doctora desde 2003, Mercedes Vila desarrolla su labor en el departamento de Química Inorgánica y Bioinorgánica de la Universidad Complutense de Madrid, donde trabaja desarrollando materiales para la reconstrucción de pérdida de masa ósea. Una revolución que pretende mejorar la calidad de vida de enfermos de ciertas patologías, como el cáncer óseo o la osteoporosis, y un avance para el tratamiento de ciertas lesiones.

Actualmente, existen cerca de 25 millones de afectados por osteoporosis a nivel mundial, por lo que no duda en subrayar que “la motivación que ofrece la posibilidad de mejorar la calidad de vida de personas cuya movilidad y situación física se ve realmente afectada es definitivamente la piedra clave para realizar este trabajo”.

Ana María Briones – Enfermedades cardiovasculares e hipertensión

Miembro de la Sociedad Española de Farmacología, Ana María Briones trabaja en el departamento de Farmacología y Terapéutica de la Universidad Autónoma de Madrid. Su investigación versa en torno a las causas y mecanismos detonantes de las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión arterial, lo que podría permitir el diseño de nuevos medicamentos para el tratamiento de ambas patologías.

El reto de Isabel Lastres: la enfermedad de Parkinson

Licenciada en Ciencias Químicas y especializada en Bioquímica por la Universidad Complutense de Madrid, Isabel Lastres trabaja como investigadora en el departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). 

Con tan sólo 37 años, tiene a sus espaldas con un amplio reconocimiento de su carrera profesional, con premios como el Scientific Achievement Award o el Premio Extraordinario de Doctorado en la Universidad Complutense de Madrid.

Actualmente, Isabel Lastres es la única investigadora que estudia las bases moleculares de la enfermedad del Parkinson con el objetivo de intentar buscar nuevas terapias farmacológicas para paliar o retrasar el desarrollo de esta patología. Un trabajo duro pero que poco a poco irá dando sus frutos. Tal y como reconoce Lastres, la mejor motivación es “pensar que algún día la gente que sufre esta enfermedad podrá tener una cura”.


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