Revista Comunicación

La ironía del Irene

Publicado el 30 agosto 2011 por Albert Perez Novell
La primera ironía es que este huracán pertenece al tipo, tópico, de meteoro travestido en el que no concuerdan los géneros: el huracán <>Irene.
Este fin de semana he seguido con preocupación la evolución del Irene. Mi hija Núria se encontraba en el radio de acción del “dichoso hurricane”, y nos han tenido con el alma en vilo hasta el domingo por la tarde.
Lo he seguido en directo por Skype, desde casa de Núria, por la tele, la radio, Internet, etc. Si hiciéramos un montaje, casi sin manipular, de las imágenes que se han emitido podríamos conseguir una peli de catástrofes al uso y costumbre Yankee . De hecho muchos corresponsales hacían referencia a Vanilla Sky ( remake de Abre los Ojos)

Las noticias se codifican como un microrelato y difícilmente pueden escapar a los códigos narrativos acuñados por el cine Hollywoodense. La televisión en particular, es un medio generador de un discurso informativo abigarrado, fragmentado, compuesto de géneros muy distintos, telefilms, concursos, magazines, reality shows que desdibujan la frontera entre realidad y ficción. Al final las retoricas se intercambian con demasiada facilidad, en el espectáculo televisivo.
El hecho informativo, en este caso un huracán, para convertirse en noticia y generar significado, debe primero inscribirse en el orden del discurso, lo que implica la utilización de determinadas categorías genéricas provenientes de determinados códigos. Una vez conceptualizado y situado en una cadena narrativa lógica puede ser emitido a las masas.
Si añadimos el consumo de la información en las plataformas multimedia de internet, obtenemos una narración que, en mi caso, barajaba lo vicarial (lo que pasa en la tele) con lo personal (lo que veo en Skype) en un mismo plano de relato.

A lo largo del relato del Irene, el espectador formula diversas hipótesis sobre el posterior devenir de los acontecimientos. Yo mezclaba las expectativas de la información de TeleMundo, con el relato en primera persona de Núria y formulaba hipótesis de evolución del conflicto. Se genera así suspense, o tensión narrativa. (Hitchcock dixit).
El dispositivo del suspense que en la narración del Irene se cumple al pie de la letra implica 3 elementos:
Formulación de expectativa: El reconocimiento por el espectador de la posible emergencia de un suceso. Llevaban anunciando la catástrofe, como mínimo, 3 días antes el fin de semana.
Tiempo de suspense: El tiempo de discurso que media entre la formulación de las expectativas y su resolución, hoy es martes día 30 y todavía podemos seguir los desastres en Vermont.
La incertidumbre que caracteriza el tiempo de suspense puede consistir en el que va a suceder, en el cómo o en el cuándo. No se debe identificar suspense con el desconocimiento del desenlace del relato, el “no saber que va a pasar”. Sabíamos que, con mucha probabilidad, el desenlace no causaría las miles de víctimas del Katrina.
La resolución de expectativas: Fin de la incertidumbre clausura del tiempo de suspense.
La narración del Irene, se parece más a una serie, TVmovie, que a un largometraje convencional, prueba de ello, es que se han generado varios desenlaces por capítulos, El de las Carolinas, El de Washington, El de New York y ahora estamos pendientes del de Nueva Inglaterra. .
Hasta aquí la descripción del mecanismo formal del suspense narrativo de la cobertura informativa del Irene. Pero es necesario explicar como se ha gestado la fuerza emotiva capaz de generar una gran capacidad de movilización de las emociones.
Los mecanismos de identificación narrativa actúa a través de dos procesos:
Empatía: Identificación del espectador con un determinado personaje, en mi caso no hace falta decir que la empatía fue brutal. Pero también ha jugado a estos los corresponsales, Antonio Bassas de TV3, nos explicaba, como tuvo que ir a comprar un fogón de butano por si se iba la luz o la cola que hizo en el super.
Proyección: Identificación del espectador con el universo narrativo y su verosimilitud, que en caso de un film de ficción debe cuidarse y pero en la narración informativa es algo consustancial. Lo que ocurre está ocurriendo de verdad y la posibilidad de explicitación del juego narrativo, como tal, resulta casi imposible, porque el espectador parte de la atribución, apriori, del estatuto de verdad a lo que esta presenciando.
La ironía del Irene Todo esto creo que lo habéis podido reconocer en lo que podríamos llamar, “Irene, the film” además de los siguientes elementos:
Que: Un huracán tropical de nombre Irene azota la costa del este de EEUU, con vientos entre 120 y 180 Km por hora.
Quien : “el prota” El presidente, de la 1ª potencia mundial, Obama en el centro de mando organizando en primera línea toda la operativa de evacuación, el alcalde de New York “secundario importante” apareciendo en ruedas de prensa intranquilizando a la población. La intranquilidad como medida de persuasión. Además la mayor población norte americana afectada en la historia por una tempestad de esta magnitud, 64 millones de personas.
Donde: La mayor atención se centro sobre NY ciudad escenario de mil pelis de catástrofes.
Cuando: El domingo a las 12h NY seria barrida por este Armagedon
Como: Aquí se destaca como protegerse, se pone en marcha el dispositivo de evacuación más grande de la historia de EEUU 370.000 evacuados sólo en la ciudad de New York
Por qué: La explicación del origen de la situación no es factible, se trata de un fenómeno de la naturaleza y como tal hay que asumirlo. El otro ¿por qué?: Atañe al esmero con que se cuidó el proceso de control social, bajo la batuta de Obama. Los excelentes réditos electorales que conllevará este celo del gobierno por la vida de sus ciudadanos, ( Ironía, no les pagan una Sanidad pública universal, con los muertos que entraña el no tenerla, pero, eso sí, procuran que no se ahoguen). Otra ironía, se han puesto en práctica unos mecanismos de control social difíciles de aplicar en otras circunstancias. Que importaba más, las vidas humanas o lo votos. Como decía Foutcault el poder se ejercita más eficientemente mediante estos mecanismos sutiles de control que interiorizamos todos como positivos, que en la faceta represiva que todos identificamos como negativa.
La actuación de la administración Bush en New Orleans con el Katrina fue un compendio de ineptitud y desidia, la de Obama con el Irene ha sido un ejemplo de ironía y pragmatismo político.


Albert Pérez Novell


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