Mucho debió gustarle a Robert Louis Stevenson La isla de coral de Robert M. Ballantyne cuando en La isla del tesoro ( Penguin Clásicos de 2015) le honra en la introducción a la novela con el poema que he puesto un poco más arriba. Y la verdad es que es una novela de aventuras muy entretenida en la que vamos a encontrar de todo: salvajes indígenas caníbales, piratas, misioneros y una historia de camaradería con un trasfondo de imperialismo británico. Ballantyne no viajo a las islas de los Mares del Sur pero tuvo una buena documentación para ella, aunque en los más de 100 libros más siguieron en sucesión regular, su regla fue escribir en la medida de lo posible del conocimiento personal de las escenas que describía.
La historia comienza cuando Ralph Rover -narrador de la novela- un joven de 15 años, después de convencer a sus padres, se embarca el el barco Arrow rumbo a los Mares del Sur. Poco después de pasar el terrible cabo de Hornos y tras una horrible tormenta el barco naufraga en los arrecifes de una pequeña isla del océano Pacífico, de toda la tripulación sólo quedan tres únicos supervivientes: el joven Ralph Rover, Jack Martin de 18 años y Perterkin Gay el más joven con 14 años y al mismo tiempo el más parlanchín y dicharachero de los tres. Y lo que parece va a resultar una vida tan curiosa como apacible, entre las dos montañas y los fertilísimos valles llenos de riachuelos que hay en la isla, se convierte en poco tiempo en una verdadera aventura.
" Ralph Rover, Jack Martin y Perterkin Gay también fueron protagonistas de otra novela de Robert M. Ballantyne: The Gorilla Hunters. A tale of the wilds of Africa (1861)"
Llegará la amistad, el liderazgo, el aprendizaje de la vida; pero también la traición y la muerte. Y, además, tiburones, pingüinos en una isla cercana, cerdos salvajes que formarán parte de su amplia dieta, esqueletos humanos, preciosas cavernas submarinas, per también canoas con feroces guerreros que entre sí desarrollan espantosas batallas y barcos piratas. Y la ley de Fiyi: "El náufrago que gana la costa está condenado a morir", pues los isleños que no han sido cristianizados son caníbales con los desconocidos. Nuestros tres protagonistas están a punto de morir en la isla de Mango por intentar salvar a la samoana Avatea por dictamen del jefe Tararo, un jefe al que nuestros amigos salvaron la vida.
Todo ello bajo la sospecha de que cualquiera puede ser dueño de su propio destino, en una historia maravillosa y trepidante, portento de la imaginación de su autor, en la que se entrecruzan sueños, realidades, mitos, historias ciertas y fantasías perdidas. Una robinsonada típica, y como dice Arturo Pérez-Reverte en el prólogo: "las buenas historias, la grandes historias, no envejecen ni se agotan nunca."
Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.
El autor:
Robert Michael Ballantyne nació en Edimburgo en 1825 en el seno de una familia de letras, pues su padre Alexander era editor de periódicos e impresor en la empresa familiar Ballantyne & Co, y su tío, el impresor de Walter Scott, le publicó su primera novela en 1856: Los mercaderes de pieles, para la que se basó en las experiencias vividas durante los cinco años que estuvo en Canadá. A partir de ahí, escribió casi cien libros, entre ellas, la que quizás su obra más emblemática es La isla del Coral, convirtiéndose en uno de los novelistas más populares de la época, especialmente en literatura juvenil e infantil. Vivió sus últimos años en Harrow, Middlesex, y falleció en 1894 durante un viaje a Roma.
El libro:
La isla de coral (título original: The Coral Island, 1857) ha sido publicado por la Editorial Zenda-Edhasa. Traducción de Carmen Bravo-Villasante. Prólogo de Arturo Pérez-Reverte. Encuadernado en rústica sin solapas, tiene 350 páginas.