¡Me encanta Tabarca! Cuando voy, me pongo como una niña pequeña y lo disfruto como si fuera la primera vez, siempre hago algo distinto y veo cosas nuevas. Por eso, ¿cómo no iba a hablaros de esta pequeña isla alicantina? ¡Hay mundo más allá de las Baleares y las Canarias! :P
La Isla de Tabarca se encuentra frente a Santa Pola, y está a unos 22 km de Alicante. En los días de cielo limpio, se puede ver sin ningún problema desde la ciudad. Esta pequeña isla es muy conocida aquí, aunque mucha gente de Alicante no ha ido jamás (lo de que haya que ir en barco es una barrera psicológica muy fuerte, por lo visto). Esta isla es un verdadero paraíso, declarada reserva marina en 1986, ¡la primera de España! A pesar de ser tan pequeña (1800 m de lado a lado), lo que podemos encontrar allí no deja de sorprender.
Para llegar a la isla tenemos que coger un barco, bien desde Alicante o desde Santa Pola. En ambos puertos respectivamente encontraremos distintas empresas que hacen este trayecto. Dependiendo de si os mareáis o no, os recomiendo hacer el viaje partiendo de un sitio o de otro. Si os gusta el barco, salid desde Alicante. Tardaréis unos 50 minutos en llegar y podréis admirar toda la costa :) Los barcos salen todos los días, a varias horas. Mi recomendación es que salgáis en el primer barco del día, el de las 10 de la mañana. Así podéis llegar a la isla de los primeros (en verano hay días en los que la isla recibe más de 3000 visitantes).
Y aunque sea una isla pequeña, no cometáis el error de pensar que vais de paseo… nada de ropa de domingo, jajaja, o lo vais a lamentar. Lo imprescindible:
– Protector solar, sombrero, gorra, etc. Casi todo el día lo pasaréis al sol, hay poca sombra. No importa si de normal no os quemáis, utilizad el protector y aplicadlo cada dos horas como mínimo.
– Aqua shoes, escarpines o cangrejeras. Los mejores sitios para bañarse están fuera de la playa principal, y sin unas zapatillas de agua es imposible meterse en el mar (hay miles de piedras cubiertas de animalitos, conchas, corales…). No seas de los pringados que intenta hacerlo descalzo, porque es imposible y te perderás la mitad de la isla.
– Gafas de bucear. Igual que lo anterior, si no las llevas, aunque sean unas de 2€, te pierdes toda la fauna submarina, que es muchísima.
Por lo demás, ropa cómoda, mochila y cámara de fotos. Las fotos que vais a ver aquí están hechas con mi Nikon y con el iPhone utilizando la funda sumergible de LifeProof.
Cuando el barco os deje en el puerto, id hacia la parte derecha de la isla. Atravesad la calle principal del pueblo, cruzando por debajo de su muralla, y llegaréis al final de la isla, donde hay una zona increíble de roca y piscinas de agua. Este islote se llama La Cantera y es mejor ir por la mañana porque el acceso es más fácil (el agua está baja). El primer baño del día os lo podéis dar aquí, y veréis que dentro del agua no hay ni un centímetro donde no haya vida animal. Es alucinante. Cangrejos enormes, ermitaños de todos los colores y tamaños, peces, estrellas de mar… Hay que tener cuidado al pisar hasta llegar a mar abierto, pero después mirad bajo el agua y veréis. ¡Todos los peces venían a jugar entre mis pies! Me seguían y se dejaban hacer fotos :D
Si os va la aventura, podéis nadar hasta el islote que hay enfrente, que se puede atravesar a nado o con una embarcación pequeñita.
Después de pasar la mañana bajo el agua, es buen momento para dar una vuelta por las callecitas, que se cuentan con los dedos de una mano, y ver los murales que se esconden entre ellas, las casas de aire marinero… Nada más bajar del barco os habrán dado un montón de folletos de los restaurantes de la isla (el turismo es lo que tiene) y recomiendo que escojáis cualquiera de ellos para tomar una caña fresquita y alguna tapa. A mí me gusta Casa Ramos para esto, está en la plaza de Tabarca, así que no tiene pérdida. ¡Pero no os recomiendo comer en ninguno de los sitios de la isla, y os diré por qué!
Veréis que los restaurantes están siempre abarrotados, por lo que es un horror comer allí. La gente suele pedir arroces y calderos de pescado, langosta, etc. pero sinceramente, no merece la pena. En otros sitios fuera de la isla vais a encontrar mejor comida y un precio acorde, en Tabarca sobra decir que se aprovechan de su ubicación. Si queréis un buen arroz o caldero, en Santa Pola y Alicante no os van a defraudar. Así que mi consejo es que llevéis la comida o compréis un par de bocadillos, no hay manera mejor de disfrutar de la experiencia completa de la isla que comiendo mientras miráis al mar, en las rocas o en los prados de la zona donde está el faro.
La iglesia, aunque tiene una parte que está derruida, también conviene visitarla (se puede entrar, aunque no siempre la he encontrado abierta). Y por lo demás, pasear por la parte de la muralla, es una delicia. Después podéis ir por el lado opuesto de la isla y ver la playa propiamente dicha, la turística.
A mí me gusta comprar postales de todos los sitios a los que voy, algunas las mando a mis amigas y otras simplemente me las quedo para mi colección o para enviar en Postcrossing. En la isla hay muchas tiendas de souvenirs donde encontrar desde gafas de buceo hasta ropa. Yo no soy muy fan de estos souvenirs en plan hortera, me gustan las cosas más especiales, y hay una tiendecita que no puede falta en vuestro itinerario. Está en la calle principal del pueblo, a la que se accede por la muralla, y destaca de las demás por sus artículos inspirados en el mar y hechos a mano. Hay imanes de cerámica pintados a mano, velas con forma de erizos de mar, acuarelas de la isla, caracolas y estrellas de mar… es una tienda muy muy pequeñita.
Y por último, pero no menos importante, nos queda visitar la otra mitad de la isla, la que no está habitada y queda más salvaje. Es la zona donde está el faro y el antiguo puesto militar que había en Tabarca. ¡Ojo con esta parte, que engaña! Ahora mismo, en verano, tiene una pinta un tanto fea, con todo seco y sin flores, pero al contrario que la mayoría de vegetación, es en invierno cuando florece y la isla se pone preciosa. Todo gracias a unas curiosas flores que crecen allí.
Podéis seguir cualquiera de los caminos que hay marcados para llegar hasta el faro. Esta parte de la isla me encanta, es súper tranquila y puedes sentarte en cualquier sitio y quedarte meditando :)
Después, será hora de volver al puerto para coger el barco de vuelta, hasta pronto, pequeña isla.
Quiero destacar que la mayor parte de los turistas sólo pasan el día en Tabarca, pero si podéis, os recomiendo hacer noche y estar un fin de semana, así podréis ver todo cuando la gente se ha ido. Las opciones de alojamiento son varias: por un lado están las casas particulares que se alquilan (las hay de todos los precios, es cuestión de mirar. Pero prestad atención a las fotos porque algunas son muy antiguas), hay también un hostal y un hotel boutique en el que alojarse (la antigua Casa del Gobernador).
Aquí os dejo un mapa de la isla por si tenéis curiosidad por verla más de cerca.
Siempre me imagino viviendo en esta isla, aislada de todo y disfrutando de la naturaleza… sé que es una visión un tanto hippie de la vida, pero cuando pasas el día aquí, se te acaba pegando ;)