La isla de San Simón, situada en el fondo de la ensenada de la ría de Vigo, queda unida por un puente de piedra ,de escasos treinta metros, a la isla de San Antonio. Pasear el contorno de ambas islas debe demorar escasamente quince minutos. Antiguamente San Simón fue la parte limpia de un lazareto (leprosería) y San Antonio la parte sucia donde los enfermos terminales acababan sus días. Sobre las piedras grises del puente dejaban la comida para que los leprosos moribundos acudieran a buscarla sin riesgo de contaminar a sus cuidadores. La parte sucia de San Antón fue testigo también, más adelante durante la guerra civil, de algunos fusilamientos en el paredón que cierra un cementerio con media docena de tumbas. Más de tres mil presos "disfrutaron" de la isla como campo de concentración.
Aquí, en las estupendas instalaciones de la parte limpia, en San Simón, me han invitado a participar en el II FORO INTERNACIONAL SOBRE COMUNICACIÓN SOCIAL, para hablar de la concentración de los medios y el acceso a la información.
Acaban tres días de debates con periodistas, abogados, comunicadores y hasta un juez que anda persiguiendo al o a los culpables del robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago de Compostela.
Entre la magia y el misterio de unas islas austeramente paradisiacas donde Francisc Drake recaló en el
siglo XVI o, cuentan las varias leyendas de la isla, Julio Verne se paseó por ella y ha quedado testimonio de ello , emergiendo del fondo de la ría a más o menos altura según la marea, la estatua del Capitán Nemo con dos buzos con la escafandra de las veinte mil leguas de fondo submarino, hemos hablado, fundamentalmente, de cómo está la profesión periodística.
El balance es preocupante: Los expedientes de regulación de empleo en las empresas periodísticas, la falta de recursos para ejercer la profesión, el salario mileurista y elparo , las jornadas inacabables de trabajo, la escasa capacidad de contrastar los temas con más de una fuente informativa, el cierre de medios o la concentración de ellos y la poca pluralidad informativa han sido objeto de debate junto a la regulación del periodismo o la indefensión del ciudadano frente a las políticas monopolísticas de los medios de comunicación.
A punto de tomar un barco que me devuelva del "aislamiento" al que he sido confinado voluntariamente y pisar de nuevo la realidad , me iré con la preocupación de que vale la pena , incluso en estos momentos de crisis, que los periodistas aprovechen la coyuntura para reivindicar su papel en la sociedad y en las empresas que los emplean. Sé que lo importante, ahora, es defender el salario y el puesto de trabajo, pero también los pocos o menos pocos que queden deberían estar más unidos y pelear por un futuro algo más esperanzador. Los necesitamos para estar realmente informados y sentirnos algo más libres.
Me quedo con la parte limpia de San Simón, donde aún había esperanza por la vida. La parte sucia y oscura de San Antón es tan triste que no vale la pena que crucemos el puente ni siquiera para ir a buscar la comida. Me niego a que sea el final.