Revista Historia

La isla Tiberina

Por Gladiatrix @gladiatrix60
La isla Tiberina
 Situada en medio del famoso río Tíber se encuentra la Isla Tiberina, un lugar que durante siglos fue visitado por personas como último intento de curarse de terribles enfermedades.

Su ubicación única

La Isla Tiberina es una singular isla con forma de barco, situada en el río Tíber. Es sorprendentemente pequeña, con aproximadamente 270 metros de largo y 67 metros de ancho. Su ubicación estratégica la ha convertido en un punto focal para la ciudad de Roma a medida que creció en tamaño e importancia durante sus 1000 años de dominio.
Sin embargo, no era un lugar de fácil acceso para los primeros pobladores. Sus empinadas orillas y su forma estrecha y alargada obligaron a construir dos puentes para conectar la Isla Tiberina con tierra firme. Estos puentes se conocen como el Puente Fabricio al este, que es el puente más antiguo de la ciudad todavía en uso, y el Puente Cestio al oeste. Uno de los primeros momentos de la historia de la Isla Tiberina involucra una enfermedad catastrófica durante la era republicana.

Según la leyenda, en el año 293 a. C., durante una plaga, los romanos enviaron una delegación a Grecia para recuperar una estatua de Esculapio: el dios de la medicina.

A su regreso, mientras se acercaban a la isla, una serpiente sagrada del bastón de la deidad aparentemente se deslizó hasta la orilla y desapareció en una zona rocosa. Esto fue interpretado como una señal divina para construir un templo.

Este templo, que al parecer estaba dedicado a Esculapio, transformó la Isla Tiberina en un importante centro médico.

La isla Tiberina
Vista de la isla Tiberina en un grabado de 1593Lamentablemente, el templo original ya no existe, pero las estructuras fundamentales descubiertas a través de varias excavaciones sugieren que era una estructura particularmente grande en comparación con las que había en la ciudad en ese momento. La construcción se completó el año 289 a. C. Pronto atrajo a muchas personas que buscaban algún tipo de curas.

Los peregrinos afectados por diversas dolencias viajaban grandes distancias para buscar curas, creyendo firmemente en los poderes curativos divinos atribuidos al templo y sus alrededores.

Este fenómeno, conocido como incubación, implicaba que los pacientes dormían en el templo. Muchos esperaban recibir un sueño que revelara una cura del propio Esculapio.

Como se puede observar, la medicina, en la antigua Roma,  estaba intrínsecamente ligada a sus creencias espirituales; pensaban que la salud y la intervención divina estaban inseparablemente unidas. 

Además, el aislamiento de la isla ayudó a mantener una zona de cuarentena, que controlaba la propagación de enfermedades entre la población.

Como resultado, esta ventaja geográfica estratégica garantizó que la Isla Tiberina siguiera siendo una parte vital de la infraestructura sanitaria de Roma hasta el colapso del Imperio a fines del siglo V. 


La isla Tiberina

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