Agustín Moreno, diputado de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, escribe en Público bajo este título: “Lo que realmente me inquieta, porque puede dar al traste con la necesaria unidad de toda la izquierda, es el clima de radical confrontación creado desde hace meses y que no deja de crecer... Parecía que se habían tranquilizado un poco las cosas, pero, de nuevo, volvieron a recrudecerse en torno al 2 de abril, hasta el punto de que da la sensación de que se les están yendo de las manos a todos… Pablo Iglesias ha dicho en Twitter: ‘Sé que muchos militantes y simpatizantes de Podemos se sienten muy dolidos, pero creo que toca mantener la cabeza fría y seguir defendiendo la unidad con primarias. Hay intereses demasiado obvios en intentar romper, una vez más, la izquierda’. Aunque abunda en la idea del agravio y de la conspiración permanente contra la izquierda, bien está que llame a la tranquilidad. Lo mismo ha venido a decir en Zaragoza: hay que apostar por la unidad ‘a pesar de los insultos, los ninguneos y los desprecios’.
La pregunta clave que Moreno se hace es: ¿puede haber un proyecto común cuando se habla de traición y se demoniza a las personas concretas de uno y otro bando? Y, a continuación, expone los elementos que alimentan la confrontación:
1. ¿Quién es más de izquierda? Las posiciones de las ministras de Unidas Podemos en el Gobierno suelen ser en general las mismas. El programa de Sumar no está aún publicado, pero por lo que yo conozco en educación no habría ninguna diferencia.
b) Se coincide en establecer mecanismos de participación democrática o primarias. Lo piden unos y lo necesitan otras para legitimarse. Habrá que negociar la fórmula concreta en el momento que corresponda y entre todos los participantes.
c) El PSOE está maniobrando para dejar fuera a Podemos. Creo que debe ser el más interesado en que haya unidad de todas las fuerzas a su izquierda, para que no haya penalización en las circunscripciones pequeñas y se pueda reeditar el Gobierno de coalición.
d) Por último, están los argumentos sobre la valentía y la cobardía, la gratitud y la ingratitud..., que además de no aportar a la unidad, son injustos y poco elegantes.
Moreno se pregunta si, ¿de verdad, somos tan diferentes? “Poner la lupa sobre las diferencias y agrandarlas, aunque luego se diga que no deben obstaculizar la unidad, solo contribuye a crear una política de bloques que considero errónea. Yo soy muy poco groupie y estoy seguro de que somos muchos los que no queremos participar de ningún bloque y podemos compartir más unas cosas con unos y otras con otros. Por ejemplo, y para que se entienda, soy claro partidario de apostar por la paz en Ucrania y de oponerse a la escalada que buscan Rusia, la OTAN y EEUU. Pero también me pareció una equivocación la no asistencia de Podemos al Magariños y un flaco servicio a la candidatura de Unidas Podemos en Madrid.
“Las diferencias que existen entre Podemos y Sumar no son mayores que las que puede haber dentro de cualquier partido político amplio y democrático. ¿Qué se gana resaltando las diferencias? ¿No habría que resaltar las coincidencias cuando todos dicen estar por la unidad? Los dos últimos años, yo he trabajado muy bien con las compañeras y compañeros de Podemos y de Izquierda Unida y no quiero pertenecer a ningún bloque y sí a un proyecto común de todos.
“Mientras tanto, yo pediré el voto para Unidas Podemos en la Comunidad de Madrid el 28 de mayo. Aunque bastante cansado de predicar en el desierto y lamentando mucho que no haya sido posible articular antes la unidad de la izquierda del PSOE.
“Después de mayo, lo último que podría pasarle a la izquierda es ir dividida en las elecciones generales. Porque en ese caso, además del riesgo de no reeditar un gobierno de coalición progresista, dejaría heridas muy difíciles de curar: las de la supuesta superioridad moral de unos frente a otros. Conjurémonos para hacer todo lo posible para recuperar el clima de convivencia y confianza en la izquierda como condición necesaria para la unidad. Y para ello, cuidemos las palabras porque se convierten en acciones, y las acciones determinan el destino de las cosas”.