Junto a mi compañero y amigo desde hace ya más de veinte años, Jose Quintana, he escrito un artículo en Infolibre, bajo el título “No es tiempo de pensamiento débil”, al que se puede acceder a través de este enlace.
En el texto criticamos la actitud de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pero también consideramos falta de energía en la oposición socialista. No olvidemos que el PSOE con Ángel Gabilondo a la cabeza fue quien ganó las elecciones.
A Gabilondo le faltó un buen tándem en el Ayuntamiento de Madrid, como debería haber sido Manuel de la Rocha Rubí (mira aquí), o en su caso, Chema Dávila, que fue el tercero en discordia de esas raras primarias que se llevó de calle el exentrenador de baloncesto Pepu Hernández. Con los conocimientos y experiencia de Dávila no se contó aunque yo no me creo que siga vigente esa máxima de “quien se mueve no sale en la foto”.
Además, el equipo del Grupo Municipal Socialista de la capital parece que se va desengrasando con Hernández a la cabeza. Con pocas apariciones públicas, pero un intenso trabajo en la sombra.
También resultó erróneo obviar en los primeros puestos de la lista a la Comunidad de Madrid a algún representante de Fuenlabrada, un Ayuntamiento en el que arrasó su actual alcalde socialista, Javier Ayuso, aunque finalmente no así Gabilondo.
Esos dos errores que no se vieron desde Moncloa, o desde quien mueva los hilos, hicieron que el PSOE se quedara a las puertas de poder gobernar junto a las otras fuerzas de izquierdas, e incluso con Ciudadanos si en esos días no hubiera estado en el monte de Albert Rivera.
El PSOE en Madrid debería tener un alma más federal, contar y coordinarse con las ciudades y pueblos permanentemente. Se esté o no de acuerdo con las reivindicaciones vecinales porque del debate surgen las soluciones.
Hoy Ciudadanos da muestras de ser otra cosa y es tiempo de mirar al futuro. Ese futuro pasa por hacer frente al pensamiento débil y evitar que llueve sobre mojado. Madrid no puede seguir instalada en el más rancio neoliberalismo privatizador que termina derivando en corrupción. No olvidemos que el PP sigue pendiente de pagar sus deudas ante la justicia.
Como es tiempo de mirar al futuro os recomiendo la lectura crítica del artículo.