Revista Cultura y Ocio

La joya europea de Le Corbusier

Publicado el 05 julio 2011 por Alberto Vil @cajonAV
La joya europea de Le CorbusierEl "Centre de récréation du corps et de l'esprit", un conjunto de edificios levantados en Firminy a lo largo de décadas siguiendo los planos del arquitecto, aparece como la punta de lanza de una candidatura que será examinada el jueves y el viernes próximos por la Agencia de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La pequeña localidad de apenas 20.000 habitantes del departamento del Loira dejó a Le Corbusier libertad para plasmar su concepto de ciudad utópica.
El artista ideó tras la Segunda Guerra Mundial cuatro centros relacionados entre sí, pensados para responder a las necesidades básicas del ciudadano: una casa de la cultura, un estadio deportivo, una iglesia y un edificio de unas 400 viviendas conocido como "unidad de vivienda" similar al experimentado en otras ciudades del país.
"Cada edificio que pensó Le Corbusier se le ocurrió para convertir a cada habitante en un ciudadano completo", explica el alcalde del pueblo, Marc Petit, que también preside la asociación de lugares donde el arquitecto ha dejado su impronta.
Charles-Édouard Jeanneret-Gris, conocido como Le Corbusier (Suiza, 1887 - Francia, 1965), fue un firme defensor de la luz, la vegetación y el espacio como ejes de sus construcciones.
En Firminy el arquitecto tuvo la oportunidad de plasmar a gran escala su filosofía, recogida en la Carta de Atenas en 1933, que establece un centenar de criterios para la edificación de ciudades, de una forma que solo superó en dimensiones en la ciudad india de Chandigarh.
Techos-terraza, ventanas horizontales, estructura de pilotes y un permanente juego de luces son algunos de los elementos presentes en las construcciones de Firminy, catalogadas en Francia como monumentos históricos a medida que se fueron terminando, ya que solo la casa de la cultura abrió sus puertas con Le Corbusier todavía vivo.
La iglesia, perforada en una de sus paredes con la constelación de Orión y dotada de tres cañones de luz, supuso un quebradero de cabeza para sus constructores, que no lograron concluir la obra hasta 2006.
El acabado del templo, multiconfesional, no suele dejar indiferente a ningún visitante. "Si hablamos de Le Corbusier es porque siempre es sorprendente", asegura el arquitecto jefe regional de los monumentos históricos, Jean François Grange-Chavanis.
En la obra del arquitecto franco-suizo "nunca se encuentra algo casual, ya sea un picaporte, la altura del techo, una ventana o la estructura", afirma Grange-Chavanis para explicar uno de los motivos por los que sus construcciones aún asombran hoy en día a pesar de haber cumplido, en algunos casos, casi un siglo.
La "unidad de vivienda" de Firminy es una buena prueba de ello, con detalles arquitectónicos como pasamanos y barandillas ergonómicos, bancos para descansar situados estratégicamente, o mobiliario integrado en los apartamentos con funciones tan planificadas como apoyar un vaso mientras se contempla la vista del valle.
En el último piso, Le Corbusier situó una escuela para facilitar la vida de los habitantes del lugar, mientras que en la azotea se asienta un teatro bajo las estrellas y una piscina adaptada para los niños.
Son elementos, todos ellos, pensados para situar al hombre en el centro de la arquitectura, una visión progresista que impregnó la carrera profesional de Jeanneret-Gris.
Construcciones de seis países, Alemania, Argentina, Francia, Bélgica, Japón y Suiza, completan junto a Firminy la candidatura para que la obra de Le Corbusier sea considerada patrimonio de la humanidad.
Entre las obras figuran construcciones emblemáticas del arquitecto, como Villa Saboya, cerca de París, la capilla de Notre-Dame-du-Haut de Ronchamp, al este de Francia, o la casa del Doctor Curutchet, en la localidad argentina de La Plata.(abc.com)

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