La zona alrededor de la bajada de San Martín fue la primitiva Madinat al-yahud (Ciudad de los Judíos) asignada a ellos por los Árabes, entre la puerta de los judíos (Puerta del Cambrón) y el puente de San Martín (barrio de San Martín). Posteriormente fue llamado Degolladero o Degolladera de los judíos, llegando a ser un barrio muy habitado, seguramente por la presencia del matadero en esta zona apartada.
Aproximadamente en el espacio donde se levanta el palacio de la Cava, el barrio de la Assuica toma el relevo de la judería primitiva, la verdadera madinat al-Yahud donde los musulmanes instalaron a los judíos antes de la conquista cristiana, entre la puerta de los Judíos o del Cambrón, y el puente de San Martín, con su vía principal en la actual bajada de San Martín.
Muralla de la Judería Primitiva, en la Calle de Recaredo
Poco queda de aquella vieja judería, como no sea la estructura de las calles, aferradas a los desniveles del terreno, y los restos de las defensas amuralladas, como el llamado Castillo Nuevo de los Judíos, o el muro exterior de la judería, ya que el actual paseo de Recaredo, que sube hacia la puerta del Cambrón, construido por el gobernador árabe toledano Muhachir ibn Al-Qatil en el año 820.
Las escaleras del callejón de los Alamillos de San Martín descienden vertiginosamente hasta encontrarse con la bajada de San Martín, en cuyo extremo estuvo la puerta de Portiel, en un barrio que la memoria popular ha recordado secularmente como Degolladero o Matadero Judío.
La carnicería
La carne que era consumida por los judíos tenía que haber sido sacrificada bajo un ritual religioso muy estricto. Éste se llevaba a cabo en el matadero y la carne se vendía en la carnicería.
El matadero, rastro o degolladero, era un espacio que adquiría un cierto carácter ritual por la liturgia ( shejitá ) que en él se desarrollaba durante el sacrificio de animales cuya carne iba destinada al consumo humano (comida cásher). Lo normal era que los mataderos estuvieran en una zona periférica de la judería, para evitar los malos olores en la ciudad.
La carne se vendía en la carnicería, en la que se levantaban puestos de venta que se solían arrendar. Con los ingresos obtenidos se hacía frente a determinadas necesidades de la aljama.
Fuente: http://www.redjuderias.org/google/google_maps_print/toledo-es.html
Revista Cultura y Ocio
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