La Casa de Feria siempre se distinguió por el amparo prestado a los industriosos judíos de Zafra, ya que constituían una importante fuente de tributos.
De la tutela señorial a la cultura hebraica es ejemplo el patrocinio (en 1419 y aquí, en Zafra) de la primera traducción al castellano de la Guía de Perplejos de Maimónides, la más antigua de cuantas traducciones se hicieran a lenguas vulgares de esta obra fundamental de su espiritualidad.
Los judíos zafrenses estuvieron asentados por las actuales calles de San José, Sor Ángela de la Cruz, Badajoz, Pozo y Alfonso XI: calles que aún conservan ese tan evocador aire de aljama y son aledañas a la que fuera Sinagoga de la villa, actual capilla de San José o de Santa Catalina la Vieja.
LA VIEJA SINAGOGA
Es probable que se conserve más íntegra de los que parece. Su sala de amplias proporciones se articula con arcos de una sencilla labor de lazo a la altura de los capiteles. La portada gótica, con semicolumnas torsas, ha perdido la simbología hebraica que debió ostentar en las enjutas. Todo parece obra de la segunda mitad del siglo XV, poco anterior a la expulsión.
CAPILLA DEL CRISTO DEL POZO
Datado del siglo XVII, se cree que el linaje de su talla proviene de los conversos. La historia de su nombre nos llega de la tradición popular: "ocurrió en una de las calles de Zafra hace mucho tiempo, durante la guerra civil. Cuando llegaron los republicanos, la gente escondieron al Cristo en un pozo de la calle que hoy tiene el mismo nombre (calle "Pozo"), porque éstos estaban en contra de la iglesia, eran aconfesionales. Después de mucho tiempo, encontraron al Cristo al abrir el pozo para instalar una bomba de agua, y éste fue acogido por una vecina de la calle, la cuál cedió un trozo de su casa para construirle una pequeña capilla"