Hace poco pusieron en la tele la película «La jungla 4.0» (lamentable traducción del título), cuarta de la saga, imagino que para intentar aprovechar el tirón del estreno en cines de la quinta entrega. De las muchas cosas que se podrían contar, hoy me quedaré con una, relativa a los teléfonos móviles (o celulares).
Una de las cosas que hacen los malos de turno en su «ciberataque» a las infraestucturas del país, es cortar la telefonía. El agente del FBI que está al mando, pide un teléfono fijo, ya que los delincuentes habían pirateado los satélites de comunicaciones, y no funcionaban los móviles. En otro momento, cuando Bruce Willis intenta usar un teléfono celular y no funciona, el chico listo al que protege lo arregla. Según su explicación, el terminal funcionaba perféctamente. Lo que no funcionaban eran los satélites. Como los malosos podían comunicarse entre sí, deduce que ellos estaban usando satélites antiguos, y reprograma el terminal para usarlos.
Hace tiempo expliqué cómo funciona la telefonía móvil o celular. A grandes rasgos, la zona de cobertura se divide en celdas o células (de ahí el nombre de telefonía celular) donde las conocidas antenas que estamos acostumbrados a ver proporcionan cobertura. El terminal se comunica con una de estas antenas, que puede ser un simple repetidor o una estación base. Si es un repetidor, la señal se enviará a otra antena, hasta llegar a una estación base. A partir de este punto, la comunicación se realiza de la misma forma que en la telefonía fija, con varias posibilidades dependiendo de la infraestructura y la geografía, pudiendo ir por cable o por aire entre central y central (y ocasionalmente, por un satélite, sí). Dependiendo del destino, se llegará hasta una central donde esté conectado el bucle de abonado de un teléfono fijo, o hasta una estación base donde el terminal móvil esté registrado en ese momento. Lo importante de todo esto es que, en la telefonía celular, la comunicación de un termnal se realiza siempre, siempre, pero siempre, con una antena en tierra. Nunca con un satélite. Es más, habrá muchas llamadas donde la comunicación ni siquiera pase por un satélite como elemento intermedio.
Es cierto que la telefonía celular no es la única forma de telefonía móvil disponible. Existe la telefonía satelital, en la que los terminales sí que se comunican directamente con un satélite. Pero estos teléfonos son más grandes que un terminal móvil convencional, con una antena bastante visible, y muy caros. Se suelen emplear en zonas remotas donde no hay cobertura móvil u otro tipo de infraestructura de telecomunicaciones. No parece el caso de Washington DC, que es donde se desarrolla la acción en ese momento. Además, el terminal que reprograma el chico que acompaña a Bruce Willis, es un Nokia 9300, que es un teléfono celular, no satelital.
Así que lo que vemos en la película no tiene mucho sentido. Hackear solamente los satélites de comunicaciones no interrumpiría la red de telefonía móvil de un país. Sólo afectaría a algunas llamadas a muy larga distancia y a la telefonía satelital. Para colapsar la red de comunicaciones habría que hackear las centrales de telefonía. Y desde luego, por mucho que reprogrames un terminal celular, no vas a conseguir que se conecte a un satélite (ni nuevo, ni antiguo).