La Junta Electoral de Madrid enloquece

No es nuevo que la Justicia (así con mayúsculas) desbarre de vez en cuando, incluso a menudo, pero la decisión de la Junta Electoral de Madrid de prohibir las concentraciones en la Puerta del Sol porque

"la petición del voto responsable puede afectar a la campaña electoral y a la libertad del derecho de los ciudadanos al ejercicio del voto" 

es propio de seres enloquecidos, supone el mayor de los despropósitos y tiene un tufillo a las decisiones el Tribunal de Orden Público franquista.

¿Es que la sarta de insensateces que dicen los políticos no afectan al derecho de los ciudadanos a votar libremente? ¿O nos quieren decir que solo pueden opinar los políticos con carnet de un partido parlamentario? ¿O nos dice que solo se puede concentrar la gente cuando la convoca un partido político?

¿Por qué esta Justicia untuosa y sacristana no da un toque a la Iglesia cada vez que irrumpe con toda su caspa en las campañas electorales? ¿Por qué no reprimen a esos golpistas que lanzan soflamas desde los púlpitos?  ¡Aprieten las clavijas a los obispos, que además defienden posturas preconstitucionales!

El miedo se les cuela por todas las rendijas y se les afloja el vientre. Ya se huele. Primero fue la policía, que con un comportamiento ignominioso, desalojó a la gente de Sol. Ahora, como los políticos que envían a la policía tienen miedo de repetir la experiencia, se buscan la coartada de la Justicia dócil y pesebrera.

Esta visto que no bastará con cambiar algunos aspectos del sistema actual. Parece que es necesaria una reforma mucho más profunda, comenzado por la erradicación del franquismo sociológico que todavía anida en los cerebros de algunos seres togados.

 Esta decisión pone en riesgo el derecho a la libertad de expresión y reunión en España. Es lo más grave de los últimos años. Confiemos en que la Junta Electoral Central arregle semejante atentado contra los derechos ciudadanos.

Luego se quejan del desprestigio social que arrastra la Justicia.

22-M: Por el voto NULO para echar a los corruptos ( y a sus cómplices)