La Juventud es la séptima película de Paolo Sorrentino, que llegó a las carteleras españolas el pasado viernes 22 de enero. Una vez más, el director ha trabajado con Indigo Film, productora de todas sus obras anteriores, incluida "La gran belleza", ganadora, entre otros premios, del Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa en 2014, un Globo de Oro, un BAFTA y el Premio de Cine Europeo. Desde el principio, este ha sido un ambicioso proyecto que, por segunda vez, después de Un lugar donde quedarse, esta rodada en inglés con un potente reparto internacional.El filme está embellecido por un reparto excepcional: el ganador del Oscar, Michael Caine, Harvey Keitel, la ganadora de un Oscar Rachel Weisz, Paul Dano y la también ganadora del Oscar Jane Fonda, entre otros. El talento y la sensibilidad de estos actores ha fortalecido y enriquecido la película gracias a sus actuaciones destacadas, alabadas en el último Festival de Cine de Cannes, donde la película tuvo su estreno mundial. La mayor parte de la película fue filmada en Suiza, pero también en Venecia, Londres y Roma.

El director italiano Paolo Sorrentino en el set de rodaje.
"La juventud" sigue las andanzas de Fred Ballinger, un gran director de orquesta que pasa unas vacaciones en un hotel de los Alpes con su hija Lena y su amigo Mick, un director de cine al que le cuesta acabar su última película. Fred hace tiempo que ha renunciado a su carrera musical, pero hay alguien que quiere que vuelva a trabajar; desde Londres llega un emisario de la reina Isabel, que debe convencerlo para dirigir un concierto en el Palacio de Buckingham, con motivo del cumpleaños del príncipe Felipe.Después de "La gran belleza", con su estudio de la decadencia del presente a través de la lente que ofrece la ciudad de Roma, Sorrentino ha elegido para contar su historia a un hombre octogenario que trata de resolver sus conflictos internos, ya que ve que su tiempo se está agotando. Pero la película es, por encima de todo, una historia de amistad entre dos ancianos que juntos tratan de afrontar su futuro inmediato, su relación con sus hijos y los que son más jóvenes y su distinta perspectiva de las cosas. Junto a una narración lineal que busca la intimidad con los personajes, Sorrentino emplea una gran estructura visual imaginativa para investigar sus relaciones y tejer el drama de los lazos que les atan, continuando con el estilo formal que marcan sus obras anteriores.

