La L-Carnitina es conocida principalmente por ser un quemador de grasas muy utilizado por los deportistas, pero también hay estudio que sugieren que la L-Carnitina puede tener un gran número de aplicaciones apoyando la salud general del corazón.
La L-carnitina funciona como un biocatalizador, transportando los ácidos grasos a través de la pared celular y dentro de la mitocondria (centro de energía de la célula), esto permite a las células musculares utilizar los ácidos grasos esenciales para el metabolismo de energía. Como los músculos del corazón prefieren las grasas como fuente de energía, el sistema cardiovascular se beneficia del reforzamiento de la producción de energía que provoca la L-carnitina. Además de participar en la quema de grasa, la carnitina puede disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos.
En el control de la obesidad es especialmente apropiada su suplementación si se apoya con ejercicios aeróbicos.
Asimismo la investigación ha demostrado que la L-carnitina aumenta la resistencia durante el ejercicio en las personas con una capacidad aeróbica reducida. Este hecho, combinado con sus acciones celulares específicas, sugiere que la L-carnitina puede aumentar el efecto quemador de grasas del ejercicio.
Una vez que la L-carnitina “mete” la grasa dentro de la mitocondria, la CoQ-10 ayuda a convertir dicha grasa en energía (ATP). Aquí tenemos un efecto sinérgico de gran valor y es por ello que los expertos recomiendan el empleo combinado de ambos nutrientes. Por otra parte, la carencia de L-carnitina es muy frecuente en los veganos ya que la L-carnitina tan sólo se encuentra en fuentes animales como la carne, las aves y los lácteos.