Fernando III El Santo
Desde tiempo inmemorial, las nodrizas han existido al lado de las grandes damas de la aristocracia que se han negado a dar el pecho a sus hijos. Las reinas no podían ser menos. Era lo más normal que las mujeres regias tuvieran como principal papel el de dar a su esposo un heredero al trono. Del resto, alimentación, estudio, educación, se encargaba un amplio personal de corte.
Pero hubo un caso excepcional. Tan excepcional que incluso fue inmortalizado en la llamada Primera crónica general del reino de Castilla. Se trata de la reina Berenguela I de Castilla, madre de Fernando III el Santo y abuela de Alfonso X el Sabio. Conocida en su tiempo como Berenguela la Grande, fue amada por su pueblo y consiguió la unión de los reinos de Castilla y León en la figura de su hijo. Un hijo al que no sólo dio a luz, sino que cuidó, crió y acompañó a lo largo de su vida personal y política. Tanto se preocupó por su hijo que no tuvo reparo en ser ella misma quien lo amamantara.
Así lo cuenta la crónica:
Ca esta muy noble reyna donna Berengella, asi commo cuenta la estoria, asi ederesço et crio a este fijo don Fernando en buenas costumbres et en buenas obras siempre…, et con tetas llenas de virtudes le dio su leche…1
Me ha parecido un texto precioso, un pedacito de historia regia que ensalza la lactancia materna. ¿Fue esa relación primera con su hijo la que afianzó su estima y amor futuros, como afirman las teorías actuales en defensa de la lactancia materna? Bien podría ser…
A parte de la gran Berenguela, solamente he encontrado datos de otra mujer que dio el pecho a su hija. Fue Juana la Loca, que amamantó a Catalina, su última hija. Casos excepcionales que me ha gustado recordar.