Revista En Femenino
La mayoría de las mujeres que amamantan conocen de sobra esta afirmación, la lactancia materna es a demanda, y aun así, para muchas se hace tremendamente difícil llevarlo a la práctica. "¿Cómo va a tener hambre si ha tomado teta hace una hora? Todavía no le toca!" "Esto no es hambre, ya es vicio.. me ha cogido de chupete" Este tipo de comentarios se suelen oír con relativa frecuencia a madres lactantes que conocen muy bien el término "a demanda". Lo conocen, sí, pero no lo comprenden.. "a demanda" significa cuando el niño pida, ni más ni menos.
Personalmente creo que lo que impide a algunas madres dar el pecho como hay que darlo es que implica una disponibilidad total de nosotras mismas hacia nuestros pequeños, y con total me refiero a una entrega en cuerpo y alma, implica confiar en nuestro bebe, en que él y solo él sabe lo que necesita y que lo pide cuándo lo necesita, implica reconocer que la Naturaleza con toda su Sabiduría alberga en ese cuerpecito pequeño que hace tan poco estuvo en nuestras entrañas habitadas igualmente de esa misma energía creadora y mantenedora de vida . Y este ceder el control puede que sea otra de las cosas que tan difícil resulta.
No podemos pasar por alto un hecho, y es que la lactancia materna es mucho más que leche. No solo nutre los cuerpos físicos de nuestros hijos sino también los emocionales y espirituales. Y por esta razón los niños reclaman pecho cuando tienen hambre y cuando no.. porque el pecho también calma la sed de piel, de contacto, de caricias, miradas, besos, de olor a madre, .. y también ayuda a conciliar el sueño, a calmar dolores, a superar malestares, .. en el pecho simplemente se está en la gloria. Esto debería ser suficiente para que dejemos de preguntarnos "cómo puede ser que pida otra vez?".
El libre acceso al pecho es la única forma de garantizar que nuestro niño tome lo que necesita y a la vez que se produzca la leche que él demanda. Así se cae el mito de las leches que no alimentan.. lo único que no alimenta es no dar el pecho cuando el bebe lo pide. Y también se cae el mito de las madres sin leche.. toda mujer sana tiene unos pechos capaces de producir exactamente la cantidad de leche que su bebe necesita, lo que ocurre es que la leche se produce.. adivinad.. a demanda! :) y la forma que tiene el bebe de demandar la cantidad que necesita es succionando. Por lo tanto, al negarle el pecho estamos interfiriendo en la producción de leche.
Otro mito que se desvanece.. la lactancia es costosa y sacrificada, nada más lejos de la realidad. Como veis, para amamantar no hacen falta relojes, ni horarios, ni medir nada, ni preocuparse por nada, .. solo tenemos que ofrecernos con todo nuestro amor de madre y estar receptivas a las demandas de nuestro hijo. Vale.. lo de no preocuparnos de nada.. eso es casi imposible, verdad? si no nos fiamos de nuestras propias percepciones al mirar a nuestro bebe y comprobar que está sano, las frecuentes revisiones pediátricas por las que pasamos nos aportarán la seguridad que necesitamos para seguir amamantando al ritmo de nuestro hijo. Aclaro que me refiero en todo momento a lactancias ya instauradas y a mamás y bebes sanos.
Por lo tanto, yo diría que somos nosotras (ayudadas la mayoría de las veces por el entorno y unas equivocadas recomendaciones del personal médico) las que hacemos que la lactancia sea más difícil, costosa y sacrificada de lo que podría resultar. Hay dos herramientas a mi parecer imprescindibles que facilitan muchísimo la lactancia, estas son.. el porteo y el colecho.
El porteo nos permite dar de mamar de una forma comodísima y además nos deja las manos libres para realizar otras tareas si queremos. Para las más pudorosas, resulta una forma muy discreta de dar pecho. Ningún bebe me lo ha confirmado con palabras pero yo diría que es altamente satisfactorio para ellos :) con mucha probabilidad se quedarán directamente dormidos y decidme.. que puede haber más placentero para un niño que dormirse y despertarse en la teta.
El colecho permite mantener la lactancia a demanda por la noche sin levantarse, a veces casi sin moverse y otras casi sin despertarse. A mi me resulta muy práctico aunque no es la única forma de mantener una lactancia nocturna. Hay tantas formas de organizarse por la noche como familias. Solo recalcar que jamás debería desatenderse las necesidades nocturnas de los más pequeños, por su salud física y emocional.
Aunque el término "a demanda" es famoso y todos (madres, pediatras, enfermeras de pediatria, matronas, familiares, amigas, vecinas, tenderas, compañeras de trabajo o de parque, ..) lo conocen, la realidad es que muchas de las recomendaciones médicas (y por supuesto las no-médicas) se contradicen con lo que es una verdadera lactancia a demanda. Todavía tienen que caer muchos muros para ver la lactancia con ojos limpios y dejar a madres e hijos disfrutar de eso que solo a la díada compete pero que tanto parece molestar a algunos.
Disfrutad de vuestros hijos y dejad que ellos disfruten de vosotras. Feliz lactancia!