SINOPSIS:Una novela preciosa, tremendamente humana y emocionante, que describe las peripecias de una niña alemana de nueve años desde que es dada en adopción por su madre hasta el final de la II Guerra Mundial. Su nueva familia, gente sencilla y nada afecta al nazismo, le enseña a leer y, a través de los libros, Rudy logra distraerse durante los bombardeos y combatir la tristeza. Pero es el libro que ella misma está escribiendo el que finalmente le salvará la vida.
Hoy vengo con una novela que me ha cautivado: La ladrona de libros.
Un libro que me costó muchísimo adentrarme en él: el prólogo tuve que leerlo varias veces para enterarme de que me estaban contando, y descubrir que sí, que la narradora es La Muerte. Así sin más, pura y dura y tan sarcástica ella. Por ello no entendía la mitad de las cosas, no podía concentrarme en las cosas que decía y sobretodo en como las decía.
Tuve varios momentos en dejar la lectura, raro en mí ya lo sabéis, pero es así, no sabía cómo ese libro podía haber gustado tanto y que la gente comprendiera ese tipo de narración. Me costó varios días adaptarme a ello, pero una vez que le cogí el truquillo, fue fascinante. No tengo más palabras.
Al principio, como os digo, la muerte empieza a darnos información de una niña que ha conocido y que ha visto varias veces en su vida. Y esa niña es nuestra protagonista: Liesel Meminger.
Liesel junto con su hermano viajan en tren con su madre camino de Munich donde van a una casa de acogida; pero durante el viaje pasa un triste acontecimiento, muere Wenger, el hermano pequeño de Liesel: deben enterrarlo en mitad de un pueblo. Aquí es dónde La Muerte se encuentra por primera vez con esa niña, porque hay unas cuántas veces que la Muerte se lleva a gente con la que Liesel se encuentra. Y es la primera vez que ese halo que envuelve a Liesel cautiva a la Muerte, y es dónde empieza la historia de La Ladrona de Libros, ahí es dónde roba o, se adueña mejor dicho, de un libro, el libro del sepulturero.
Después de aquello, Liesel y su madre llegan a Molching, una ciudad cerca de Munich, más concretamente al barrio de Himmelstrasse. Allí la esperaban los padres de acogida; los Hubermann. Una pareja atípica, pero que congeniaban a la perfección: él irradiaba amabilidad y ella todo lo contrario. Pero Rosa, que así se llamaba la mujer, no era para nada una mujer mala y que maltratara a nuestra Liesel, era una mujer que había sufrido mucho y que decía las cosas secamente e insultaba (cuántas veces habré leído la palabra Saumench!!), pero lo hacía con cariño, porque a la hora de la verdad, os puedo decir que era una mujer muy grande. Hans, el padre, era un santo, un hombre de los pies a la cabeza que no dudaría en dar su vida por su familia y por sus promesas; había ido ya a una guerra y sabía que era aquello, se dedicaba a lo que él sabía que era pintar, aunque no le daba mucho dinero, subsistían más o menos bien. Él era una aficionado del acordeón, siempre que podía cogía su acordeón y nos mostraba lo bueno que era: la historia del acordeón es muy importante dentro de la historia del padre y deberéis leerlo para saber de qué hablo.
No voy a contar nada más, solo decir que Liesel nunca había estudiado, y no sabía leer, esto hizo que junto con Hans aprendiera a leer por las noches: Liesel tras la muerte de su hermano sufre un shock traumático y Hans le intenta tranquilizar, en una de las noches, Hans y Liesel empiezan a leer el libro que Liesel había robado. Así empieza como digo la odisea de encontrar libros, unos son encontrados, otros regalados y otros son robados.
Apunté todos los libros que Liesel iba leyendo y no sé si serán reales o no, pero hay algunos que me encantaría leerlos.
· El manual del sepulturero
· El hombre que se encogía de hombros
· El perro Fausto
· El faro
· El hombre que silbaba
· Los hombres de barro
· El repartidor de sueños
· Una canción en la oscuridad
· La última extranjera….
Creo que queda alguno más, pero aquí quedan algunos de los que Liesel leía y releía.
Además de la familia Hubermann, hay más protagonistas: el amigo y compañero de Liesel, Rudy que está completamente enamorado de Liesel, y por ella haría cualquier cosa; y Max, el amigo judío de Liesel.
Si no fuera por el sarcasmo y la ironía de la muerte en algunas ocasiones, este libro sería tristísimo, pero el hecho de que La Muerte sea quién tome esa narración hace que sea diferente. Es muy dura, con una historia positiva nos van narrando las atrocidades que se sufrió en Alemania: Como no podías vivir tranquilo, como por ser de una religión distinta o de un bando o ni siquiera que no fueras uno de ellos, hacía que te murieras de hambre y fueras uno de los señalados.
Me costó mucho concentrarme, pero pasado unas cuántas hojas, fue increíble como viví en primera persona las vivencias de Liesel, y como la Muerte le horroriza llevarse almas con ella. Pero, claro, es su trabajo. No puede hacer nada ya... cuando la llaman para llevarse el alma de alguien.
Recomiendo este libro, si queréis vivir una historia trágica, alegre pero triste. Con las aventuras de unos niños; con la vista de un niño de la situación tan penosa que algunas personas tuvieron que vivir en esa época, con una narración distinta a lo que estamos acostumbrados, pero que es sorprendente como te adentra dentro de la historia.
Le doy un: