La Laguna Negra desde lo alto
La Laguna Negra: realidad y leyenda
No es negra sino de un azul intenso, pero las leyendas y la literatura ambientadas en este enclave sí que lo son. Nos encontramos en uno de los parajes más bellos de Soria: la Laguna Negra, un enclave que forma parte del Parque Natural Laguna Negra y Circos Glaciares de Urbión.
La laguna está situada a unos 1.750 metros de altitud, rodeada por cumbres y por bosques de pinos y hayas. Llegamos a ella, después de caminar por una senda de piedra, enmarcada por vallas de madera y rodeada de árboles. Cuando nos aproximamos a la laguna, del camino parte una pasarela que discurre junto a ella, rodeando gran parte de este charco de origen glaciar, formado por la acción del hielo sobre el granito.
La senda de madera de la Laguna Negra
No es el único camino posible. Una red de senderos, encabezados por el GR-86, el sendero ibérico soriano, nos lleva a descubrir el parque natural, su morfología cuaternaria, la flora y la fauna. En este entorno habitan mamíferos como ardillas, corzos, jabalíes, algunos invertebrados y gran cantidad de aves. La importancia de su avifauna se refleja en su reconocimiento como ZEPA, zona de especial protección para aves y destacan, sobre todo, algunas rapaces como el águila real, el águila culebrera y el halcón peregrino que han encontrado en la laguna y en su entorno el hábitat perfecto.
También la literatura, oral y escrita, ha hallado en este lugar el escenario ideal para sus historias y, desde siempre, los misterios han rodeados a la Laguna Negra. De ella se dice que no tiene fondo (“En la laguna sin fondo /
al padre muerto arrojaron.”) y que vive en su interior un monstruo que devora a todo aquel que cae en sus aguas. La realidad es bien distinta. La profundidad de la laguna no sobrepasa los 10 metros y, cada verano, decenas de “arriesgados” nadadores se lanzan a completar la famosa Travesía a Nado que se celebra el primer domingo de agosto. De momento, que sepamos, todos han logrado salir sanos y salvos.
Antonio Machado por Leandro Oroz
Los que sí que permanecen bajo el agua son Alvargonzález y sus dos hijos con “sangre de Caín”, los tres protagonistas de La tierra de Alvargonzález, un romance escrito por Antonio Machado. Porque, si bien la fama tenebrosa de la Laguna Negra viene de lejos, fue el escritor el encargado de acrecentarla con estos versos incluidos en la primera edición de Campos de Castilla.
Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas.¡Padre!, gritaron; al fondo
de la laguna serena
cayeron, y el eco ¡padre!
repitió de peña en peña.Antonio Machado. Campos de Castilla.
Cómo llegar a la Laguna Negra.
Hay varios accesos aunque lo más común, si vamos en coche, es tomar la carretera que parte de Vinuesa. En las épocas de mayor afluencia hay que aparcar en el Paso de la Serrá. Allí podemos utilizar el servicio de autobús que facilitan en esas ocasiones o caminar durante dos kilómetros.
El acceso a la Laguna Negra
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