Cuando pensamos en las grandes civilizaciones fluviales de la antigüedad probablemente se nos vengan a la cabeza Egipto, Mesopotamia o incluso China. Sin embargo hay una que suele pasar por alto, la civilización del valle del Indo. Quizás ello sea consecuencia de su relativamente tardío descubrimiento, fruto del hallazgo fortuito de los asentamientos de Harappa y Mohenjo-Daro en el contexto de la construcción de la línea de ferrocarril Karachi-Lahore en 1856.
La civilización del valle de Indo, más conocida como civilización de Harappa, fue una de las primeras culturas urbanas, desarrollada, como su nombre indica, a lo largo del río Indo, a partir del 2600 a.C. aproximadamente. Su economía se basaba en el cultivo de trigo y avena, así como frutas tales como plátanos o granadas, y en la ganadería, de la que obtenían leche y carne. Es posible, sin embargo, que la clase mercante fuese la más prominente, producto de intercambios comerciales basados en la importación de materias primas como estaño desde Afganistán y lapislázuli desde Mesopotamia y en la exportación tanto de materias primas como de productos elaborados, como peines de marfil o candelabros a lugares como Egipto y Mesopotamia.
Uno de los elementos más destacados de la civilización de Harappa son los sellos de piedra o arcilla, generalmente de forma rectangular y posiblemente usados por los mercaderes para marcar sus productos o como amuletos protectores. En ellos encontramos diseños que representan a animales locales junto a una serie de inscripciones, que podrían representar los ejemplos de escritura más antiguos del mundo. Sin embargo, la imposibilidad de descifrarlos ha impedido hasta ahora confirmar o desmentir tales hipótesis.
La principal razón por la que creo que esta civilización no es tan conocida como las otras es la de su pronta desaparición. Si sobre el 2600 a.C. las ciudades del valle del Indo comienzan a florecer gracias a la agricultura y al comercio, sobre el 1900 a.C. se entra en una fase de desurbanización que eventualmente resultará en la aparición de una nueva sociedad basada en el pastoralismo, en la lengua sánscrita y en la religión védica.
Ejemplos de tres sellos asociados a la cultura de HarappaEn principio podríamos pensar que el declive de esta cultura es un proceso bastante claro: La expansión de los pueblos indoarios desde el Asia central provocó el colapso de los asentamientos urbanos, de forma similar a lo que sucedía en Europa. Por tanto, los habitantes originales huyeron hacia el este o directamente fueron exterminados.
Sin embargo existen razones para pensar que el proceso ocurrió justo al contrario, es decir, los pueblos indoarios se encontraron una civilización en declive entre la que podían asentarse sin problemas y extender su lengua y sus costumbres. Al fin y al cabo, la llegada de estos pueblos data de unos 400 años más tarde que el declive de la cultura de Harappa y, además, no encontramos evidencia de guerra o destrucciones que indiquen una invasión violenta.
Hablamos por tanto de un proceso gradual, producto de causa más complejas que la simple invasión y relacionadas con un contexto geográfico más amplio. En este sentido debe señalarse el evidente declive en el comercio internacional experimentado en este período tardío, señalado por la escasez de materias primas importadas como el lapislázuli y por la disminución del uso de sellos inscritos.
Algunas de las teorías para explicar este declive ponen el énfasis en fenómenos naturales. En especial destacan las que hacen referencia al cambio de curso del río Indo debido a una gran actividad sísmica. En este sentido debe considerarse que ya en el 2500 a.C. la ocupación del valle del río Hakra se vio severamente afectada por un fenómeno similar.
A ello hemos de sumar un aumento de la aridez del suelo, ocasionado por un descenso en la actividad de los monzones, por el secado del tramo medio del río Saraswati sobre el 1900 a.C. o por el retroceso de la costa de Makrán (Esto es algunos asentamientos estaban mucho más cerca del mar de lo que estarían hoy).
Hay que tener en cuenta que el clima en el que se desarrolló la cultura del valle del Indo debió ser mucho más húmedo que el actual. Pruebas de ello son la utilización de ladrillos de barro cocido, en vez de simplemente secados al sol, o la presencia de animales impropios de climas áridos, como rinocerontes o búfalos de agua, testificada mediante restos óseos y representaciones en los sellos de barro.
El último evento de aridez súbita, sin embargo, se da en torno al 2200 a.C. lo cual es tres siglos anterior al inicio de la decadencia de Harappa. Por ello hemos de tener en cuenta también la sobreexplotación a la que los habitantes de la región sometieron a sus bosques o sus tierras para mantener su gran población y su correspondiente actividad comercial.
Escultura de un rinoceronte perteneciente a la civilización de Harappa (Fotografía de Juggadery, 2015)A todo esto, como comentábamos antes, se une la situación internacional, en la que los la expansión de los pueblos arios sí que tuvo esta vez mucho que ver, al expandirse por el actual Irán, bloqueando por tanto las rutas comerciales e impidiendo la exportación de productos hacia Occidente.
No en todas las regiones afectaron igual estas circunstancias. Por ejemplo en el Gujarat encontramos aún unos 200 asentamientos, que no se vieron tan afectados debido a unas precipitaciones abundantes que compensaban el secado del Saraswati, si bien el urbanismo declinó debido a la ruptura de lazos con el exterior.
El análisis de los esqueletos de los períodos maduro y tardío de Harappa demuestran que el declive económico de esta civilización estuvo relacionado con un incremento de las enfermedades infecciosas, como la lepra o la tuberculosis, y de la violencia interpersonal, llegándose a encontrar osarios donde el 50% de los individuos presentaban traumas de este tipo.
Con este panorama, que duraría hasta el 1300 a.C. se cierra el primer capítulo de la civilización india. A partir del 1500 a.C. la llegada de los pueblos indoarios desde el Asia central y su interacción con las poblaciones locales daría lugar a una nueva cultura en la que, sin embargo, se apreciarían elementos de continuidad con el pasado.
BIBLIOGRAFÍA
- “The Indus Valley Civilization” de Aashaq Hussain Bhat
- “Icons and Signs from the Ancient Harappa” de Amelia Sparavigna
- “The Decline of Harappan Civilization” de K. N. Dikshit
- “The Decline Of The Indus Civilization And The Late Harappan Period In The Indus Valley” de M. Rafique Mughal
- “Climate, Environment, and the Harappan Civilization” de Michel Danino
- “Decline of Indus valley civilization” de Jeyakumar Ramasami
- The Decline Of Harappan Civilization – IAS Current
- “Infection, Disease, and Biosocial Processes at the End of the Indus Civilization” de Gwen Robbins Schug et al.