Chirbes ya empleó en este libro de 1996 la estructura que repetiría en 2003 con Los viejos amigos: siete historias diferentes, algunas de las cuales enlazan en algún momento. El planteamiento es arriesgado, pues exige al lector un esfuerzo multiplicado de retener nombres, relaciones y circunstancias, hasta siete veces, y volver a recordarlo toda cada vez que se retoma una de ellas.
Ni voy a intentar resumir el argumento. El arco de tiempo (siempre dentro de la posguerra española) es amplio y las circunstancias familiares, sociales y profesionales de los personajes variadas. El tema de fondo es la noche larga posterior a la guerra, el miedo, la indignidad, la batalla a la inteligencia, España un país oscurantista y bárbaro de fútbol, toros y tonadilleras. La novela está bien porque Chirbes siempre lo está, pero es inferior a las últimas que ha escrito.