Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de La guerra de las galaxias.
Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, aceptarse tal como es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga.
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Había visto este libro por varias partes y ni me había molestado en leer la sinopsis porque pensé que era el típico libro tonto que de repente se pone de moda. Sí, ya sé que son prejuicios y que está mal y que no se puede juzgar un libro por su portada ni por el boom que le dan los bloggers (o al menos, esto último, no siempre)
Y no me llamó la atención hasta que no leí la reseña en Detrás del Conejo Blanco y decidí darle una oportunidad. Me interesó porque trata de cómo es ser el nuevo en un colegio y, para más inri, siendo diferente.
Lo empecé el sábado por la mañana y lo acabé el mismo sábado a la noche. Es ameno y fácil de leer. Y que tenga varios narradores, le da puntos. Peeeeeero he de decir que no me ha convencido del todo. Quizá porque las personas como August son más conscientes de que pueden encontrarse con esa clase de reacciones. OJO: no me malinterpretéis, no digo que esté bien. Cuchichear sobre alguien y tratarlo como si tuviese la peste no es aceptable EN NINGÚN CASO. Claro que por mucho que sea consciente, de que esté acostumbrado no lo hace menos importante o no hace que afecte menos. Pero quizá no sea tan devastador como para una persona que nunca ha tenido problemas y de buenas a primeras se encuentre con que es el marginado del colegio sin razón aparente. Porque esa persona se empezará a plantear si hay algo realmente malo en su aspecto que no había visto hasta ahora.
La historia tiene momentos muy duros y momentos bonitos. He leído por ahí que en algunos institutos es una lectura obligatoria y me parece genial, porque es cierto que te hace reflexionar sobre este tipo de cosas y si algún niño cambia su actitud, habrá conseguido algo importante. Por otra parte, no me ha gustado que sea tan bonito. No refleja lo que puede ser un acoso escolar real. ¿Cuántos niños hay que se pasan varios cursos siendo marginados o insultados? Supongo que la intención de la escritora no era contarnos un caso de esos, porque también sería más lineal y no daría mucho juego a la historia y no nos pararíamos tanto a reflexionar. Pero la verdad es que esperaba algo más. No sé el qué.
Las referencias musicales y a la Guerra de las Galaxias me han encantado, eso sí.
Ojalá pudiese ser Halloween todos los días. Todos podríamos llevar máscara siempre. Podríamos pasearnos por ahí y conocernos antes de ver qué aspecto tenemos debajo de las máscaras.
Puntuación: 6/10
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