Revista Opinión

La legitimación Internacional de los grupos terroristas: Lecciones de la experiencia Israelí.

Publicado el 12 junio 2017 por Emethgolem @NombredeIsrael

“– Los grupos terroristas palestinos e islámicos han participado, cada vez más, en la diplomacia internacional, llevando a cabo relaciones internacionales con estados y jugando un papel dentro de los organismos internacionales.

– Estas organizaciones terroristas, que han atacado a Israel durante décadas, representan un doble peligro para Israel y Occidente.

– La comunidad internacional ha validado a grupos terroristas palestinos junto a otros grupos islamistas terroristas, en parte apoyando la equivalencia moral entre Israel y los grupos terroristas que han jurado su destrucción.

– Los terroristas islámicos, sean estos sunitas o chiitas, no distinguen entre el terrorismo en Jerusalén y el terrorismo en ciudades occidentales tales como París, Bruselas o Londres. Su objetivo final es el mismo: la derrota de Israel y Occidente y el establecimiento de la soberanía islámica regional y en última instancia, la global.

– Cualquier esfuerzo antiterrorista, sea este por parte de los estados occidentales o por Israel, exigen una condena incondicional e intransigente de todas las formas de terrorismo islámico radical, chiita y sunita, ya sea llevado a cabo por grupos terroristas contra objetivos en Occidente, el mundo árabe y musulmán o Israel.

Introducción

La guerra islámica contra Occidente ha aprovechado estrategias y tácticas que también ha utilizado en su guerra contra Israel. Las campañas de terrorismo islámico del siglo XXI combinan operaciones terroristas convencionales con ataques cibernéticos, una presión diplomática y económica y campañas propagandísticas.

Israel ha acumulado casi siete décadas de experiencia antiterrorista que, sin lugar a dudas, afirma su lugar como una de las naciones más flexibles del mundo en confrontar a una variedad de grupos terroristas palestinos e islámicos. Sin embargo, las organizaciones terroristas palestinas e islámicas tales como la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Hamás y el estado satélite del régimen iraní Hezbollah, presentan un doble desafío anti-terrorista para Israel y, por extensión a Occidente.

Estos grupos terroristas ejecutan ataques terroristas convencionales mientras actúan simultáneamente como gobiernos de facto que mantienen relaciones internacionales con estados y organizaciones e instituciones internacionales. Estas organizaciones terroristas también participan en diplomacias públicas junto a organizaciones no gubernamentales (ONG) y los medios de comunicación internacionales.

La comunidad internacional ha validado a estos grupos terroristas en diversos grados, en parte endosando una equivalencia moral entre Israel y las organizaciones terroristas que juran su destrucción. El apoyo internacional a estos grupos terroristas, ya sea por simpatía ideológica o temor a represalias terroristas, no ha logrado proteger a Occidente contra los ataques terroristas. De hecho, existen amplias razones para evaluar que la validación internacional de los grupos terroristas palestinos y de algunas organizaciones islamistas radicales que combaten contra Israel ha ayudado a energizar el terrorismo islámico radical en contra de Occidente.

Tal como evalúa este artículo, los terroristas islámicos no distinguen entre el terrorismo en Jerusalén y el terrorismo en ciudades occidentales tales como París, Bruselas o Berlín. Los grupos terroristas de la OLP, el grupo Hamás de la Hermandad Musulmana y la organización satélite iraní Hezbollah están comprometidos con la idea de destruir Israel y establecer la soberanía islámica en todo el Medio Oriente, al igual que lo están el grupo salafista del Estado Islámico y Al Qaeda, quienes están comprometidos con destruir a Occidente e imponer un Califato islámico global.

Validación Internacional de Grupos Terroristas

Irónicamente, las instituciones jurídicas internacionales han legislado un marco sólido para apoyar la validación de los grupos terroristas palestinos e islámicos. El Artículo 1 (4) del Protocolo I (4) de 1977 de los Convenios de Ginebra les otorga derechos legales a “los individuos que luchan contra la dominación colonial y la ocupación extranjera y contra los regímenes racistas en ejercicio de su derecho a la libre determinación”. Esta legislación nació desde un esfuerzo por otorgar un elemento de legitimación a aquellos grupos que luchan por poner fin al sistema Apartheid del régimen sudafricano. Sin embargo, grupos terroristas internacionales tales como la OLP pervirtieron la intención de la legislación y distorsionaron su uso al establecer un paralelismo falso y engañoso entre el régimen Apartheid e Israel, un estado-nación democrático libre y miembro de la ONU, con el fin de promover a la OLP y la meta declarada de Hamás de destruir el estado nacional del pueblo judío.

Las organizaciones palestinas y otras organizaciones terroristas se han visto envalentonadas por instituciones y organizaciones internacionales. En el 2004, la Asamblea General de las Naciones Unidas condenó la barrera antiterrorista israelí y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) afirmó que la barrera de seguridad de Israel era ilegal. Posteriormente, en el 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó por mejorar el estatus de la OLP en la ONU de observador a estado no-miembro. En diciembre de 2016 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución de la OLP (2334) que condena a Israel, la cual aprobó cuando los Estados Unidos decidieron abstenerse. Además, el Consejo de Seguridad y la Unión Europea (UE) endosaron el Plan Integral de Acción Conjunta (PIDAC) con el régimen que apoya el terrorismo, Irán. Este acuerdo refrendado de la ONU legitima a Irán a nivel internacional, permitiéndole incrementar su apoyo material a grupos terroristas tales como Hezbollah y Hamás.

Las organizaciones terroristas palestinas han aprovechado su creciente legitimidad internacional como gobiernos estatales de facto para cometer actos de terrorismo mientras demonizan, deslegitiman, criminalizan y aíslan a Israel internacionalmente. Esta doble estrategia ha pretendido aislar a Israel, desmoralizar al cuerpo político israelí, socavar la confianza pública y provocar la desintegración del estado desde sus entrañas.

Esta estrategia terrorista dual que combina ataques terroristas convencionales con la guerra política y legal internacional ha tenido éxito en Occidente debido a la buena voluntad de algunos funcionarios del gobierno occidental en apoyar el establecimiento de un estado palestino. Incluso ha llegado a ser común entre algunos líderes occidentales diferenciar entre el terrorismo palestino y el yihadismo internacional.

Un ejemplo prominente creó olas en Israel. Apenas semanas después de los ataques de 11 de Septiembre de 2001 por parte de Al-Qaeda y un día después de un mortal ataque terrorista de Hamás en Israel, el entonces embajador francés en Israel Jacques Huntzinger, les dijo a destacados periodistas israelíes que el terrorismo de Hamás contra Israel difería fundamentalmente del terrorismo de Al-Qaeda contra los Estados Unidos. “El terrorismo aquí tiene conexión al conflicto israelí-palestino”, dijo Huntzinger, “es totalmente irresponsable políticamente realizar esa comparación”.

Sin embargo, a pesar de las afirmaciones contrarias, las pruebas revelan similitudes fundamentales entre los ataques terroristas yihadistas palestinos contra israelíes y los ataques yihadistas contra Occidente. En ambos casos, los terroristas gritaron “Allahu Akbar” (Dios es el más grande, en árabe). Esta exclamación religiosa refleja la lealtad de un musulmán al Islam y al Corán. Los terroristas palestinos e internacionales sunitas y chiitas cooptaron “Allahu Akbar” como un “grito de muerte” mientras asesinaban a sus enemigos. Las intenciones terroristas se reflejan en su grito de guerra incrustado en el Corán, que demuestra la motivación religiosa tras sus actos de terrorismo.

En el 2014, un terrorista islamista gritó “Allahu Akbar” en Dijon, Francia, antes de atropellar a once peatones con una furgoneta. Un artículo del 2015 publicado en el diario Washington Post describía un campo de entrenamiento terrorista de Hamás para 17.000 chicos de Gaza, donde Hamás adoctrina a instructores con el grito de Allahu Akbar. Un terrorista afiliado a ISIS gritó Allahu Akbar a todo pulmón antes de asesinar a 39 personas en un ataque terrorista en una discoteca de Estambul el 31 de diciembre de 2016. Una de sus víctimas fue un árabe-israelí. Un testigo ocular de la balacera del 2016 en el mercado de Sarona en Tel Aviv, que asesinó a cuatro personas, dijo que los terroristas palestinos expresaron sus motivaciones religiosas por el terrorismo vociferando Allahu Akbar antes de abrir fuego contra civiles israelíes.

Los terroristas islámicos han tomado de blanco a los europeos por las mismas motivaciones islamistas que han sido utilizadas para atacar a los israelíes. La declaración yihadista de destruir a “la alianza sionista-cruzada” es un refrán común. Abdel Hamid Abaaoud, el cerebro de los ataques terroristas de noviembre de 2015 en París que provocó el asesinato de 130 personas, dijo en una entrevista con la revista de ISIS Dabiq meses antes del ataque, “Pueda Allah liberar a todos los musulmanes de las cárceles de estos cruzados”.

Las fatwas de Al-Qaeda de 1996 y 1998 (decisiones legales islámicas), firmadas por Osama bin Laden y otros líderes del grupo terrorista, utilizaron un lenguaje similar, refiriéndose a los occidentales como “cruzados”, que reflejaban la guerra de civilizaciones del Islam radical con Occidente. Estas fatwas pedían la destrucción de la alianza ‘cruzada-sionista’. Los yihadistas palestinos se han referido a los israelíes como sionistas y cristianos “cruzados” durante décadas; estos términos ocupan un lugar prominente en la Carta Magna de Hamás de 1988.

En marzo del 2012, el terrorista franco-argelino Mohammed Merah asesinó a tres soldados franceses y a cuatro civiles, incluyendo a tres chicos en un ataque contra una escuela judía en Toulouse. Merah, miembro auto-declarado de Al-Qaeda, dijo que esperaba morir como yihadista. En agosto de 2014 miembros de una filial holandesa de ISIS en La Haya entonaron “Muerte a los judíos” y otros lemas que llaman al homicidio y al terrorismo en Occidente.

A pesar de un creciente cuerpo de evidencias que ilustran las similitudes ideológicas entre el terrorismo palestino e islamista dirigido a Occidente, la validación internacional de los grupos terroristas que tienen en la mira a Israel sigue siendo una práctica común.

La siguiente evaluación ilustra el cómo la validación internacional de tres grupos terroristas – la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Hamás y Hezbollah- ha comprometido la batalla de Occidente contra el terrorismo islamista.

  1. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP)

La legitimación internacional del terrorismo palestino como arma ideológica y política se puso de manifiesto ya en 1974, cuando el Presidente de la OLP Yasser Arafat, fue invitado a hablar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Arafat declaró: “He venido con una rama de olivo y el arma del combatiente de la libertad. No dejen caer la rama de olivo de mis manos”. La plataforma de la ONU provista a uno de los líderes terroristas más reconocidos mundialmente validó totalmente el llamado de Arafat a la destrucción de Israel y su reemplazo por un estado palestino. Arafat recibió una ovación de pie por casi todos los países miembros de la ONU.

A raíz del discurso de Arafat, a la OLP se le concedió el estatus de observador en la Asamblea General de las Naciones Unidas. La OLP también solicitó ser miembro de las Naciones Unidas en el año 2011. Esta medida fue rechazada por un veto de los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, una delegación palestina representada por la OLP fue aceptada en la UNESCO ese año y una delegación palestina liderada por la OLP recibió el estatus de observador no miembro en la ONU al año siguiente. Aunque la OLP ha continuado patrocinando, incitando y perpetrando el terrorismo desde su fundación en 1964, nunca ha sido formalmente condenada por las Naciones Unidas. En cambio, la delegación de la OLP en las Naciones Unidas ha visto aumentar su estatus en las organizaciones de la ONU.

La legitimación del terrorismo palestino tomó muchas formas en Europa en los años 70’ y 80’. Durante estos años, altos funcionarios gubernamentales en Suiza, Francia, Italia y Alemania llegaron a acuerdos políticos con grupos terroristas palestinos para prevenir futuros ataques en su suelo.

Israel y los Estados Unidos también alcanzaron acuerdos con la OLP en los años 90’, pactos por los cuales Israel pagaría un alto precio en vidas humanas perdidas por causa del terrorismo palestino. Israel negoció con la Organización para la Liberación de Palestina, comenzando con el Intercambio de Cartas de Oslo de 1993 y el establecimiento de la Autoridad Palestina en 1994, seguido del Acuerdo Interino de Oslo en 1995. Estas negociaciones permitieron que la OLP obtuviera validación internacional estableciéndola como la entidad gobernante de la Autoridad Palestina pre-estatal.

El Premio Nobel de la Paz de 1994 le fue otorgado simultáneamente al Presidente de la OLP Yasser Arafat, al Primer Ministro israelí Itzjak Rabin y al Ministro de Relaciones Exteriores Shimón Peres. Tanto el Intercambio de Cartas de Oslo, seguido por la concesión del Premio Nobel de la Paz, ayudaron a inaugurar una paridad de legitimidad internacional entre la OLP de Arafat y el Estado de Israel. Esta acción también borró esencialmente el historial de 30 años de Arafat como líder de una de las organizaciones terroristas más notorias del siglo XX.

Arafat mantuvo hábilmente su estrategia de hacer terrorismo (como lo hacía la OLP) aunque enarbolando un perfil diplomático internacional. Transmitió un mensaje de revolución violenta a las audiencias de habla árabe, mientras denominaba al nuevo acuerdo de la OLP con Israel, la “Paz de los Valientes”, en inglés a las audiencias occidentales.

Tal como fue señalado anteriormente, el reconocimiento por parte de Israel de la organización terrorista OLP y sus malogrados intentos de negociar un acuerdo de paz le ha costado caro al estado judío en vidas humanas, legitimidad internacional y en seguridad nacional. Desde el comienzo, el enfoque diplomático de Israel, como socio vacilante de paz con la OLP, fue el apoyar a los líderes palestinos y a su naciente Autoridad Palestina pre-estatal. Esto era consistente con la inversión que realizó el canciller Shimón Peres para mostrar a Arafat como un terrorista arrepentido convertido en líder legítimo.

Oslo creó altas expectativas en Israel e internacionalmente para un acuerdo final de paz entre Israel y la OLP. Sin embargo, Israel sospechó de la complicidad de la OLP en los atentados suicidas de 1994-1996 atribuidos a Hamás. La confabulación de la OLP fue posteriormente probada en documentos encontrados en las incursiones de las FDI a la sede de la Autoridad Palestina en el 2002. No obstante, a finales de 1995, Israel y la OLP permanecieron siendo socios diplomáticos. Los Acuerdos Interinos de Oslo establecieron oficinas de la Autoridad Palestina, un parlamento, fuerzas de seguridad, medios de comunicación y más de 100 misiones diplomáticas de la OLP que se encuentran alrededor del mundo.

El doble papel de la OLP como grupo terrorista y agente diplomático dificultó a Israel para que se condenara o deslegitimara el liderazgo palestino internacionalmente validado, especialmente teniendo en cuenta que Israel reconoció a la OLP como socio en las negociaciones y como firmante de los Acuerdos de Oslo. Sin embargo, más de dos décadas después de la firma de los Acuerdos Interinos de Oslo, el liderazgo palestino ha seguido apoyando el terrorismo a pesar de su perfil diplomático internacional “moderado”. Israel ha llegado a darse cuenta que ha sido engañada por la OLP, que resultó ser una entidad que apoya al terrorismo.

Desde la muerte de Arafat en el 2004, los países miembros de la Unión Europea y otros países de Occidente han elogiado a la Autoridad Palestina en una variedad de declaraciones e informes, a pesar de su continuo apoyo al terrorismo. La cancillería de Israel señaló, en respuesta al estancado proceso de paz con los negociadores de la OLP, que la UE “ignora la responsabilidad que tiene la Autoridad Palestina por la incitación que alimenta la ola de terrorismo palestino”.

En el 2014, la UE, Estados Unidos y China también acogieron favorablemente una propuesta de un gobierno de unidad palestino co-administrado por la OLP y por Hamás en Ramallah, reconociendo efectivamente a dos grupos terroristas como los gobernadores de un estado de facto. La OLP no ha reconocido a Israel como el estado-nación del pueblo judío, mientras que Hamás nunca ha reconocido el derecho de Israel a existir en lo absoluto. Por otra parte, la Carta Magna de Hamás pide el genocidio de todos los judíos. Sin embargo, una declaración de la UE del 2014 alabando el anuncio de Hamás-OLP declaró: “Acogemos con beneplácito la declaración del Presidente Abbas que este nuevo gobierno está comprometido al principio de la solución de dos estados basados en las fronteras de 1967, al reconocimiento del derecho legítimo de Israel a existir”.

Algunos funcionarios occidentales, en particular en la Unión Europea, han expresado su entendimiento por los ataques terroristas palestinos contra israelíes, señalando que el terrorismo palestino tiene sus fuentes en el establecimiento de los asentamientos israelíes. La “comprensión occidental” sirvió para energizar a las organizaciones terroristas palestinas. Entre los años 2000-2005, los yihadistas palestinos llevaron a cabo 26.000 ataques terroristas, asesinando a 1.100 civiles israelíes e hiriendo a más de 6.000 personas. Simultáneamente, el liderazgo de la OLP solicitó a las cortes internacionales que mediara contra las acciones anti-terroristas israelíes. Israel asumió que la comunidad internacional comprendería su necesidad de erigir una barrera de seguridad para prevenir los atentados suicidas luego de más de 120 ataques suicidas entre los años 1993-2002.

Sin embargo, la presunción por parte de Israel al apoyo internacional a su autodefensa demostró ser incorrecta. La OLP acusó a Israel de construir un “muro apartheid” ante la ONU y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya. La campaña palestina tuvo éxito en la ONU. La CIJ se refirió al muro como una “violación del derecho internacional”. La opinión consultiva de la CIJ, que refuerza el anterior voto político de la Asamblea General de la ONU, ignoró el fallo de la Corte Suprema israelí sobre el terrorismo palestino contra los movimientos defensivos israelíes en la construcción de la barrera.

El sucesor de Arafat, Mahmoud Abbas, actual Presidente de la OLP y de la Autoridad Palestina, ha seguido una política de apoyo al terrorismo. Esta nueva forma de Intifada “popular” ha sido puesta en operación no en los ataques suicidas, sino en una ola de apuñalamientos, arrollamientos y asaltos a tiros realizados por individuos, incitados a través de los medios públicos y sociales, contra civiles israelíes desde el 2015. Además, El presupuesto de la Autoridad Palestina para el 2015 asignó más de 300 millones de dólares a los terroristas palestinos y a sus familias como parte de un programa de incentivos oficialmente sancionado para apoyar y alentar los ataques terroristas contra israelíes. Mientras que la simpatía europea por el proyecto de estado palestino se ha extendido al terrorismo palestino, los dirigentes palestinos han reiterado sus motivaciones islámicas (religiosas) para asesinar a israelíes.

Abbas le dijo a la televisión palestina en septiembre de 2015 “Bienvenida toda gota de sangre derramada en Jerusalén. Esta es sangre pura, sangre limpia, sangre en su camino a Allah. Con la ayuda de Allah, todo Shahed (mártir) estará en el cielo y todo herido tendrá su recompensa”.

Similar a Arafat, a pesar del estatus de Abbas como líder de la palestina no-estatal, este ha presionado a organizaciones internacionales tales como la ONU, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y la Corte Penal Internacional (CPI) para que acuse a Israel de genocidio y crímenes contra la humanidad. En el 2016, los dirigentes palestinos lograron desatar una guerra legal, política y diplomática contra Israel en las Naciones Unidas y la Unión Europea.

En junio de 2016 Abbas se dirigió al Parlamento Europeo, donde evocó una histórica difamación de sangre antisemita. Este dijo: “Ciertos rabinos en Israel han dicho muy claramente a sus gobierno que nuestra agua debería ser envenenada a fin de asesinar a palestinos”. Este recibió una calurosa ovación por parte de representantes del parlamento. Abbas pronto se retractó de su acusación.

La decisión de la UNESCO en octubre de 2016 de borrar cualquier conexión judía con los lugares sagrados de Jerusalén y la subsiguiente censura a la presencia “ilegal” de Israel en Jerusalén Oriental y la disputada Cisjordania también han fomentado más asaltos terroristas combinados con una intensa guerra de Boicots, Desinversiones y Sanciones (BDS). La campaña de liderazgo de la OLP también ha incentivado e incluso ha ayudado a integrar a otros grupos terroristas islámicos radicales tales como Hamás y la Yihad Islámica. Estos emitieron triunfantes comunicados de prensa luego de la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU del 23 de diciembre de 2016 la cual fue aprobada tras la abstención estadounidense en la votación.

A pesar del compromiso público de la OLP de apoyar e incentivar el terrorismo, su legitimidad internacional ha permanecido intacta. El Secretario de Estado de los Estados Unidos John Kerry, continuó apoyando a Abbas y al liderazgo de la Autoridad Palestina como un socio de paz para Israel en la importante Conferencia Política Saban en Washington DC en diciembre de 2016, apenas un mes antes de completar su mandato como secretario de estado.

  1. Hamás

Desde su victoria en las elecciones parlamentarias palestinas en el 2006 y su toma del poder de la Franja de Gaza en junio de 2007, la organización terrorista Hamás ha logrado mayor validación internacional. Mientras Estados Unidos y la UE boicotearon al nuevo gobierno de Hamás, delegaciones oficiales de Hamás fueron recibidas en Rusia, Bulgaria, Suiza, Turquía y varios países árabes. En el 2015, en Sudáfrica, altos funcionarios del Congreso Nacional Africano, incluyendo al Presidente Jacob Zuma, le dieron la bienvenida a una delegación de altos funcionarios de Hamás.

Estos países, algunos de los cuales han enfrentado ataques viciosos por parte del terrorismo islámico, no han protestado ni cuestionado la Carta Magna fundacional de Hamás, que declara que: “Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam lo destruya, al igual que ha aniquilado a otros antes”. El texto de la Carta Magna incluye cláusulas tales como” El Día del Juicio Final no vendrá hasta que los musulmanes combatan contra los judíos y los asesinen”.

El silencio internacional respecto al carácter nazi de la carta de Hamás ha debilitado la legitimidad internacional de Israel en la defensa de sus ciudadanos contra el terrorismo islámico. También debilita la lucha de Europa contra el terrorismo.

La simpatía internacional o el compromiso con Hamás legítima a la Hermandad Musulmana y a sus afiliados, incluyendo a Hamás, quienes fueron establecidos con la visión de crear un califato islámico global. Esta misión ha permanecido sin cambios desde que la Hermandad Musulmana fue fundada en 1928.

Los medios de comunicación internacionales también han incorporado a los líderes de Hamás, haciéndolos integrales y validados dentro del debate internacional sobre el tema Israel. En el 2012, el jefe del buró político de Hamás Khaled Mashal, fue invitado a concederle una entrevista a Christiane Amanpour en horario estelar en CNN. Este aprovechó la entrevista para usarla como plataforma de guerra propagandística, acusando a Israel de masacrar a niños palestinos. En el 2007, el ex primer ministro de Hamás en Gaza Ismail Haniya, fue invitado a publicar editoriales en el diario Times de Nueva York. Ese año también se presentó junto al ex primer ministro israelí Ehud Olmert en “duelo” de editoriales publicado en el diario The Guardian.

Incluso los Estados Unidos bajo el Presidente Barack Obama aceptó el creciente estatus de Hamás como un gobierno legítimo de facto. La administración Obama recomendó que Israel coopere con Qatar y Turquía, este último miembro de la OTAN, para que medie un alto el fuego al conflicto en Gaza del 2014. Esta mediación propuesta asignó esencialmente una equivalencia moral entre una democracia libre y la organización terrorista radical islámica empeñada en destruirla. A raíz de la negativa por parte de Israel de aceptar los ofrecimientos de mediación turca y qatarí, el ex Presidente estadounidense Barack Obama, quien apoyó al entonces Presidente de la Hermandad Musulmana egipcia Mohammad Morsi, propuso incluso que Estados Unidos mediara un alto el fuego entre Hamás e Israel en el conflicto del 2014.

El centro de actividades políticas de Hamás en Londres es quizás la característica más destacada de su creciente aceptación en algunos círculos occidentales. Activistas de Hamás tales como Mohammed Sawalha, Zaher Al-Birawi y el profesor Azzam Tamimi establecieron organizaciones no gubernamentales de muy alto perfil en Londres, tales como la Iniciativa Musulmana Británica, el Centro de Retorno Palestino, Viva Palestina e Interpal. Sawalha, ex comandante de Hamás en Cisjordania, incluso recibió la ciudadanía británica. Estos activistas de Hamás han atraído a miles de seguidores de Londres y otras ciudades con el fin de protestar contra Israel.

A pesar que el Reino Unido designó a la organización Hamás como un grupo terrorista, las ONG mencionadas anteriormente sirven como extensiones virtuales del buró exterior de Hamás. Estos grupos de presión pro-Hamás también sirvieron como agencias corresponsales del Ministerio de Justicia de Hamás, ‘Al Tawthiq’, que junto a estas ONG presentaron con éxito cargos de crímenes de guerra contra Israel frente al Ministerio de Justicia británico, bajo las leyes de jurisdicción universal. Los asociados de ‘Al Tawthiq’ solicitaron el arresto de líderes del gobierno israelí tales como el ex canciller Tzipi Livni, el ex primer ministro Ehud Barak y el ministro de Defensa y ex jefe del Estado Mayor Moshe Yaalon. Sólo la intervención directa del ex canciller británico William Hague permitió que Livni visitara Londres en el 2011.

Las ONG pro-Hamás también solicitaron su apoyo al Consejo de Derechos Humanos de la ONU y a la Corte Penal Internacional, acusando a Israel de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio. El liderazgo de Hamás en Gaza y sus representantes y grupos de presión londinenses también han alimentado la campaña global Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel que ha intensificado la perspectiva de sanciones por parte de la UE contra Israel.

Hamás también ha recibido legitimidad en el seno del Partido Laborista del Reino Unido, desde la elección de su líder Jeremy Corbyn en el 2015. Mientras que la Primera Ministra británica Theresa May ha hablado abiertamente en contra del terrorismo palestino, Corbyn ha llamado a Hamás y a Hezbollah “amigos”. En septiembre, 2016 Corbyn habló en un evento junto a Anas Altikriti, partidario de Hamás y portavoz de la Hermandad Musulmana en el Reino Unido.

  1. Hezbollah

El desafío que plantea Hezbollah a Israel y a Occidente en el escenario internacional deriva de su posición como la principal entidad satélite terrorista del régimen iraní. Irán ha recibido un gran impulso de legitimidad internacional desde la firma del Acuerdo PIDAC con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania en julio de 2015. La validación de Irán por parte de Occidente como miembro nuevamente de la comunidad internacional también autoriza su papel como el principal patrocinador mundial del terrorismo de estado. Esto permite que el liderazgo chiita de Irán y su Guardia Revolucionaria apoyen a Hezbollah y a otras milicias chiitas auspiciadas por Irán sin ninguna objeción por parte de Occidente.

El patrocinio de Irán y su prestigio internacional le han servido muy bien a Hezbollah. El Reino Unido mantuvo conversaciones con los líderes de Hezbollah en nombre de los Estados Unidos. La creciente legitimación de Hezbollah en Occidente se ha producido por etapas. Ex integrantes del MI6 británico tales como Alistair Crooke, a través de organizaciones asentadas en el Reino Unido como el Foro de Conflictos y Pensamiento de Avanzada se han reunido con líderes de Hezbollah y Hamás desde mediados de los años 2000. Interlocutores británicos han sostenido que las contrapartes de Hezbollah son clave para cualquier arreglo diplomático que pueda traer la paz al Medio Oriente. Los funcionarios de Hezbollah también participaron en eventos en el parlamento italiano. El canciller francés Jean-Marc Ayrault se reunió con una delegación política de Hezbollah en el Líbano el 12 de julio, 2016.

La ONU ayudó a establecer a Hezbollah como una fuerza política central en el Líbano. El Secretario General de Hezbollah Hassan Nasrallah se reunió públicamente con el ex Secretario General de la ONU Kofi Annan en Beirut en el año 2000.

La Unión Europea declinó designar a Hezbollah como una organización terrorista hasta el año 2013. Sólo entonces alistó su ala militar, pero no su sección política como una organización terrorista, también reforzando la postura internacional de Hezbollah. Sin embargo, el Secretario General de Hezbollah Hassan Nasrallah ha emitido declaraciones genocidas incluyendo las siguientes: “Si ellos (los judíos) se reúnen en Israel, nos ahorrará la molestia de ir tras ellos por todo el mundo” y “Si buscamos en todo el mundo a alguien más cobarde, despreciable, débil y frágil en alma, mente, ideología y religión, no encontraremos a nadie como el judío. Noten, no estoy diciendo el israelí”.

La validación de Hezbollah por parte de Occidente como fuerza política hizo que la batalla de Israel en contra del grupo fuese más compleja tanto en conflictos de baja intensidad como en tiempos de guerra. La estrategia de Hezbollah de utilizar escudos humanos y hogares civiles como cubierta para almacenar y disparar cohetes hacia las ciudades y pueblos de Israel fue hecha, en gran medida, sin ningún obstáculo por parte de las organizaciones internacionales, las ONG y los medios de comunicación. En resumen, similar a la confrontación con Hamás, la equivalencia moral occidental en tiempos de guerra entre Hezbollah e Israel ha comprometido la legitimidad internacional de Israel en su batalla contra el grupo terrorista islámico.

Irónicamente, Hezbollah también ha contado con el apoyo de algunas organizaciones internacionales de derechos humanos. El Consejo Político del Medio Oriente en Washington elogió a Hezbollah por su “extremadamente sofisticada red de proveedores de servicios sociales y de salud”. Además, los informes de las ONG Christian Aid (Ayuda Cristiana), B’tselem, Oxfam y la Comisión Internacional de Juristas implicaron una equivalencia moral entre las tropas de las FDI y los terroristas de Hezbollah. En particular, un informe de Human Rights Watch acusó a Israel de ser culpable del conflicto. De ocho declaraciones emitidas por las ONG de derechos humanos durante la guerra, siete criticaron a Israel y sólo una puso de relieve las violaciones de derechos humanos perpetradas por Hezbollah.

Los medios de comunicación occidentales, las organizaciones de derechos humanos y los países occidentales han permanecido neutrales respecto a la inversión del gobierno iraní de cientos de millones de dólares con el fin de restablecer las capacidades terroristas de Hezbollah desde su guerra con Israel en el 2006. Además, ni la ONU ni otras organizaciones internacionales han expresado alarma por los bien-conocidos informes a la posesión por parte de Hezbollah de 150.000 cohetes que apuntan directo a Israel, según informes de los servicios de inteligencia israelí.

El entendimiento por parte de Occidente sobre lo que Hezbollah representa no ha ayudado a Occidente a evitar ser blanco del terrorismo de Hezbollah. En 1983, Hezbollah bombardeó la Embajada estadounidense y el cuartel de los Marines estadounidenses en Beirut asesinando a 304 estadounidenses. Otro ataque contra un complejo militar francés en Beirut ese mismo año mató a cincuenta y ocho personas. Los atentados por parte de Hezbollah, secuestros de personas y a aviones también han tenido como blanco a civiles españoles y argentinos, asesinando a cientos de personas en América Latina y Europa.

¿Cómo la legitimación internacional de los grupos terroristas les ha vuelto de forma negativa y adversa?

Los grupos terroristas Hamás, Hezbollah y la OLP han sido pioneros en las estrategias y tácticas que han sido adoptadas en parte por los grupos yihadistas internacionales, ambos sunitas y chiitas. Durante casi tres décadas, grupos terroristas palestinos llevaron a cabo bombardeos, secuestros, ataques suicidas, asaltos vehiculares y otras formas de terrorismo contra Israel sin enfrentar una condena internacional inequívoca. Recientemente, las redes terroristas islámicas del mundo han empleado algunas de estas tácticas de asalto contra estados occidentales y otros objetivos civiles, en ciudades tales como Berlín, París, Bruselas, Madrid y Copenhague.

Recientemente, los “terroristas occidentales domésticos” han prometido lealtad a las redes terroristas globales tales como Al Qaeda e ISIS. Ejemplos de ello incluyen los atentados en la Maratón de Boston por los hermanos Tsarnaev en el 2013, los ataques a las oficinas de Charlie Hebdo y Hyper Cacher en enero del 2015 en París y la célula de ISIS que llevó a cabo los ataques de París en noviembre, 2015 y otros.

Los ataques yihadistas contra civiles inocentes conmocionan a lo largo de los países occidentales, particularmente porque las sociedades occidentales se han visto en dificultades para justificar o incluso explicar el terrorismo islamista contra ellos, además de acceder a la denuncia, demonización y deslegitimación ideológica, religiosa y civilizacional yihadista de sus víctimas. Este fenómeno de demonización y deslegitimación refleja la experiencia de Israel en confrontar a grupos terroristas palestinos tales como la OLP y a grupos terroristas islámicos tales como Hamás y Hezbollah.

Conclusión

La validación internacional de grupos terroristas como Hezbollah, Hamás y la Organización para la Liberación de Palestina ha energizado la amenaza terrorista islámica a Occidente e Israel. Muchos israelíes se preguntan cómo estos grupos terroristas siguen disfrutando de dicha validación internacional. Este tema se ha vuelto aún más crítico debido a ataques yihadistas similares que han causado que cientos de vidas inocentes se hayan perdido en ciudades europeas tales como París, Bruselas, Berlín, Copenhague, Londres y Madrid.

Tal como ha ilustrado este artículo, motivaciones yihadistas similares, declaraciones y justificación del terrorismo contra Occidente reflejan al terrorismo islamista en contra de los israelíes de todos los orígenes religiosos y étnicos. La guerra contra el terrorismo que Occidente se ha visto obligado a perseguir contra los terroristas yihadistas sunitas y chiitas y el terrorismo islamista están arraigados en la misma ideología públicamente declarada que tiene como blanco a Israel. Dicha ideología está comprometida en destruir a Israel y a Occidente y establecer la soberanía islámica en todo el Medio Oriente y, en última instancia, a lo largo y ancho del planeta.

Para vencer esta amenaza estratégica, la condena internacional a todos los grupos terroristas debe ser intransigente. Sólo condenando el terrorismo equitativa e inequívocamente, ya sea que haya sido llevado a cabo por grupos terroristas palestinos, grupos islámicos radicales o por organizaciones terroristas yihadistas sunitas y chiitas, la comunidad internacional puede unirse para enfrentar y derrotar al terrorismo islámico radical dondequiera que intente atacar.

Autor: Dan Diker es investigador de política exterior en el Centro de Asuntos Públicos en Jerusalén e investigador del Instituto Internacional de Lucha contra el Terrorismo en el IDC Herzliya.”

Fuente: Hatzad Hashemi


La legitimación Internacional de los grupos terroristas: Lecciones de la experiencia Israelí.

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