Sí, lo sé, os estaréis preguntando qué demonios tendrá que ver una lenteja con un desinfectante cutáneo. Hace mil que esta no escribe y ahora nos viene la loca con acertijos. Fácil, queridos amigos y fans en general, fácil.
Resulta, que tengo una peca en la barriga. Bueno, no, tengo tres, muy diferentes entre ellas en forma y tamaño. La que se halla en medio parecía una pequeña lentejita muy mona, de esas que usas para una buena ensalada en verano. El problema es que con los años mi panza ha ido en aumento. Y yo, que no soy dadas a las ciencias médicas pensaba que la lentejilla iba aumentando según mi gordura corporal, como esos tatuajes que ves a la gente que parecen dalinianos de tan deformes que se les han hecho. Como a estas alturas ya tenía una lenteja to gorda de cocido, decidí ir al médico y este me dijo que mis lógicas estaban equivocadas. Que las pecas son organismos vivos que van a su bola, no tiene nada que ver con que mi barrigón se haya distendido hacia el horizonte y que por sí solas también tienden a agrandarse.Así que, cogió su chisme de nitrógeno congelado y a cual Ferràn Adrià me quemó la lenteja. Me dijo que me dolería, cosa que no hizo y me dijo que, si quería y lo creía conveniente, me pusiera Betadine.Como soy una rata y como aquí las farmacias el precio de sus productos van según el barrio, pudiendo variar de uno a dos euros según el producto, lo que me parece un robo a mano armada y una mafia para darles de comer a parte, intento comprar por internet. Que a la que compras dos artículos ya de sobras has amortizado los gastos de envío. Pero como sabemos las compas de internet no siempre llegan cuando uno lo desea y después de tanto blackfriday, cibermonday, y blackpollassales están las agencias de transportes desbordadas. A todas estas, mi lenteja le ha importado más bien poco que la fulminarán con un rayo congelador y ahí está tan alegremente. No sé si lo que pretendía el médico era desactivarla y matar al organismo dejando el embellecimiento que lo envuelve pero ahora mismo se ve igual que antes salvo por una aureola rojiza a su alrededor.Por lo tanto, desconozco si algún día me caerá esa peca y será entonces cuando necesite el Betadine y, de ser así, ya me habrá llegado o no y me quedará un Cristo en mi barriguita sexy. De momento, todo sigue igual que antes del achicharre. ¿Normal? Pues no sé yo, eh...