Revista Cine

La lentitud de los zombies

Publicado el 25 noviembre 2011 por Rebecasanchez
La lentitud de los zombiesLa primera temporada de The Walking Dead no fue lo que esperaba. El piloto me entusiasmó pero los cinco restantes episodios de aquel brevísimo primer encuentro con los zombies imaginados por Robert Kirkman resultaron decepcionantes. Tardé unos meses en empezar a pensar en la serie. Tenía que poner un poco de distancia entre el producto televisivo y mi persona, dejar reposar las sensaciones, alejarme de la jauría mediática desatada por The Walking Dead. El tiempo pasó y el fenómeno se enfrió. Entonces tras leer mucho más de lo que hubiese querido sobre la serie, tras volver a ver el piloto y el final de la temporada y tras mucho pensar sobre el tema resolví que la primera temporada de The Walking Dead me había decepcionado.Esperaba mucho de la serie de la AMC porque me gusta el cómic de Kirkman. Trasladar el cómic a la pequeña pantalla no era tarea fácil e impregnar la obra televisiva del fatalismo, la visceralidad y el desasosiego de las viñetas algo casi imposible. En el cómic la evolución de los personajes es lenta, cuidada, con sentido y pasos a veces pequeños, a veces gigantes. El camino de Rick y los supervivientes no es fácil, está plagado de peligros, de rodeos, de dudas y de muerte. Eso plasmado en papel da como resultado una obra madura, soberbia, absorbente. Lo mismo trasladado a la televisión da como resultado una serie repetitiva, aburrida, circular, que no sabe avanzar y que se encierra en si misma y en la supuesta profundidad de sus personajes. The Walking Dead es, y será siempre, una obra, tanto en cómic como en televisión, sobre seres humanos llevados al límite. Una serie de personajes que muestra todo lo bueno y todo lo malo de nuestra especie. Cuando los hombres se enfrentan a situaciones límites son capaces de cualquier cosa, y es entonces cuando su verdadera naturaleza se revela. Rick es el héroe que carga sobre sus hombros con el peso del mundo, un líder que no desea tal puesto pero que se sabe el único capaz para mantener al grupo con vida. Sin embargo en esta segunda temporada, demuestra con su obsesiva búsqueda de Sophia, que ha perdido el norte tanto o más que el resto de personajes. La lentitud de los zombiesCreer que encontrar a la niña con vida es una opción viable es una locura más grande que salir a la carretera dando gritos y sin un arma. Su búsqueda incesante da como resultado enfrentamientos con el que él considera su amigo del alma, Shane. Un hombre que está dejando aflorar su oscuridad en oleadas cada vez más intensas cada vez más peligrosas. Aún así, parece que Shane es el único, aparte de Lori, capaz de decirle las verdades a la cara a Rick. En  los seis capítulos de la segunda temporada que llevo visionados nada o casi nada ha cambiado. Sobrevivir no es tarea sencilla y el refugio encontrado al amparo de la granja de Hershell parece ser efímero.  Mientras Rick y Lori se pasan varios capítulos cuidando de su hijo, el resto de personajes son incapaces de actuar, quedándose cerca de los dos personajes principales y sin destacar en ningún momento. Los dos únicos supervivientes que apuntan maneras y que nos ofrecen momentos interesantes son, por un lado Shane, al que descubrimos como un frío asesino cargado de rabia; por otro lado Daryl, que es mucho más que un redneck estúpido y racista. Sin ellos la historia de The Walking Dead no tendría ningún aliciente porque el resto de personajes pasan sin pena ni gloria por la pantalla. Hay tantos personajes que ninguno llega a desarrollarse plenamente, sólo los vemos quejarse, llorar y gritar, mirar con ojos alucinados cada vez que se encuentran con un zombie. Dale, Gleen, Andrea, Carol y Theodore apenas hacen nada más que pasearse sudorosos y quejumbrosos por la serie. En el cómic los personajes te atrapan, te interesan. En la televisión me resultan cargantes, tediosos. Andrea en el cómic es uno de mis personajes favoritos, en la serie, y eso que la actriz Laurie Holden  no lo hace nada mal, me dan ganas de pegarle un tiro en la cabeza. No entiendo porque se comporta así, ni entiendo porque nadie le dice nada, ni porque Daryl no la revienta a puñetazos por casi volarle los sesos. La lentitud de los zombiesSi la primera temporada fue decepcionante la segunda me está resultando pesada. Los capítulos se me hacen eternos, incluso los paso para delante cuando empiezan a hacer planos cortos de la cara sudorosa de Rick o cuando hacen un gran plano general para recrearse en el paisaje caluroso y peligroso por el que se mueven los supervivientes. Seguiré leyendo el cómic porque sigue siendo altamente estimulante, porque me sorprende, porque me da miedo, porque me provoca sudores fríos, porque a veces tengo que parar de leer y tomar aire para poder continuar, porque el cómic si transmite emociones, si cuenta una historia. La serie me da ganas de dormir, la sigo viendo porque no niego algunas de sus virtudes: los efectos están muy logrados, la fotografía es excelente, tiene un par de personajes salvables y de vez en cuando salen zombies. Para finalizar diré que si la cadena prescindiese ahora mismo de la serie no me dolería, es más, me resultaría totalmente indiferente. 

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