La ley de eutanasia en los Países Bajos, fuera de control

Esto escribe el Dr. Sc. Tom Mortier, miembro del Department of Health and Technology, Leuven University College: The Netherlands euthanasia law has derailed.

Comienza dando unos datos y contando un caso concreto:

Es bien sabido que la eutanasia está fuera de control en los Países Bajos. El año pasado, se registraron 4.188 personas muertas por eutanasia en los Países Bajos. (Link) . Este número no incluye las muertes por eutanasia no declaradas (estimado en un 20-23 %).

 En enero de 2014, el debate sobre la eutanasia en los Países Bajos reinicia intensamente después de que el diario holandés Trouw reportó un gran debate entre los médicos acerca de la muerte por eutanasia de un paciente psiquiátrico de 35 años de edad en 2012 (Link).

Una mujer joven con problemas psiquiátricos le pidió a su médico de cabecera la eutanasia. Para lograrlo, su médico de cabecera consultó a un primer médico independiente, pero este doctor le dio una recomendación negativa.

Un segundo médico independiente determinó que la petición de eutanasia no podía concederse, ya que, según él, todavía había opciones de tratamiento.

El médico de cabecera preguntó a un tercer médico , un psiquiatra, quien sólo necesitó dos semanas para concluir que los problemas de la mujer de 35 años eran intratables y por lo tanto legitimó una inyección letal. Dos días después, el 19 de diciembre de 2012, el paciente fue asesinado.

(...) Sigue aquí el escrito.

Es posible que más de uno diga quizá que esto ya es sabido. Pero lo curioso es que no nos llega de este modo a los ciudadanos, de ordinario, a través de los grandes medios de información (o bien en plan escandaloso, o bien en plan de complicidad aquiescente), sino que de ordinario nos enteramos de estas patologías profesionales de la sociedad por pequeños conductos colaterales de comunicación. 

Debe ser que lo politically correct se va extendiendo y confundiendo en algunos lugares con lo journalistically correct. O viceversa: tal es el funcionamiento de los vasos comunicantes.

Quizá por eso viene bien la existencia de estos conductos colaterales como los blogs, que si bien no son periodismo ciudadano o cosas semejantes, permiten que afloren voces en la opinión pública para hablar -aunque sea en voz baja, sin grandes altavoces mediáticos- de asuntos en los que no toda la sociedad quisiera ser cómplice. En este caso, de su propio suicidio.