Revista Política

La ley de hierro de los partidos y el fichaje de Mascarell por Artur Mas

Publicado el 27 diciembre 2010 por Trinitro @trinitro

La ley de hierro de los partidos y el fichaje de Mascarell por Artur Mas
No me voy a sumar a la caza de brujas que se va a hacer con Ferran Mascarell. No es necesario, Mascarell es hijo de una forma de entender la política y víctima de esa misma forma. El problema de los partidos políticos es que se aplica la ley de hierro de la oligarquía, al final termina gobernando y ejerciendo el poder una pequeña oligarquía que además genera a su alrededor una espiral de silencio.

Cuando se potencia que el callar y el medrar es lo que hace subir en las estructuras de poder, entonces tenemos que habrá gente que calle y medre. Independientemente de su talento y capacidad personal (que Mascarell tiene, aunque no es el genio que nos quieren hacer creer).

Si la cultura política es que la gente no se salga del renglón y que se calle, tendremos gente que no se sale del renglón y se calla si quiere prosperar. Si la cultura política es la cultura de la gestión del poder y no del debate político tendremos gente que se moverá bajo la cultura del gestión del poder.

Los partidos son formalmente democráticos pero a la práctica se aplica la ley de hierro, al final el que maneja la repartidora de cargos y prevendas tiene la sartén por el mango y las estructuras medias terminan siendo mediócratas y no meritocráticas.

Mascarell no es el traidor o el monstruo que intetamos dibujar, no es más que un mediócrata algo aventajado que se quedó sin cargo, que no encontró como mostrar sus opiniones dentro del partido (por su propia cobardía, pero también porqué los partidos no permiten esas disidencias o simplemente cuando se dan eluden los debates), y que manteniendo un interés por la política y la gestión pública se ha sumado al primero que le ha ofrecido una vía donde expresarse. Al principio en artículos en la prensa, luego aceptando un cargo en un gobierno.

Cuando se analice el fenómeno Mascarell no nos podemos quedar en el ansia de poder y protagonismo del ex-conseller y ex-regidor socialista, sino en que cultura de partido hay que cuando alguien queda excluido del primer círculo de poder no puede y no se atreve a hablar internamente, que tipo de selección de cuadros tenemos que nos es igual tener a alguien que es capaz de estar en un gobierno socialdemócrata y en otro liberal-conservador, y que tipo de gestión de la disidencia tienen los partidos (en especial en el que milito, el PSC) y como centrifuga talento.

Quedarnos sólo en el tactismo de Mas y en la supuesta traición de Mascarell, para mí es un error.

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