"The will of the nation" is one of those expressions which have been most profusely abused by the wily and the despotic of every age". Tocqueville Democracy in America
Según Tocqueville la "voluntad del pueblo es una de esas expresiones que han utilizado más los déspotas de cualquier época". Todos los satélites orbitando en torno a un tirano, los últimos arribistas, oportunistas y el resto... la masa de infortunados ciudadanos que se han abandonado a callar apoyan en mayor o menor medida los sistemas totalitarios y de pensamiento único.
Cuando las decisiones ya tomadas desde el poder se presentan como el "deseo del pueblo" o disfrazadas en forma de votaciones para "decidir" aquello que estaba ya dictaminado desde el
sancta santorum de la oligarquía dominante, para ser en seguida ratificado por sus palmeros nos encontramos sumergidos en la peor de las dictaduras. Utilizar el sufragio como coartada de una farsa en beneficio de inconfesables intereses personales es rizar el rizo de la perversidad y el abuso de poder: no hay peor dictadura que la que se disfraza de democracia.
Un pueblo libre decide por sufragio sobre los temas que verdaderamente obedecen a intereses personales de la vida cotidiana de los mismos ciudadanos y donde cada uno de ellos ha sido idénticamente informado y se halla con idéntico poder. Un pueblo libre toma decisiones de forma directa o mediante sus representantes (aquellos que están presentes por ellos) sobre cuestiones tales como a qué o quienes se les aplica los recortes, sobre las leyes que controlan a los gestores públicos, sobre cómo recuperar el dinero público mangado, sobre los desahucios, sobre la responsabilidad del prestamista (banquero) y si éste presenta contratos abusivos , la escolarización, las guarderías, la conciliación de la vida familiar con el trabajo, las pensiones; y ya que las feministas jamás lo han sacado a la palestra porque no es políticamente correcto (cuando la izquierda ha estado en el poder ese tema ha sido siempre tabú) la mísera pensión que le queda a las viudas una vez fallecido el marido; y tantas otras cuestiones que sí le importan y preocupan a la sociedad civil: a cada uno de los hombres y mujeres que no se encuentran representados ni en el Estado y mucho menos en los estaditos. Un pueblo libre no tiene por que votar propuestas sobre problemas fraguados por políticos ineptos simplemente porque no saben o no les interesa resolver las dificultades de verdad. Un pueblo libre no tiene por que decidir sobre cortinas de humo echadas al viento para tapar las vergüenzas de la mediocridad y corrupción de las oligarquías que han hecho de la dilapidación del dinero público su modus vivendi escondiendo la corrupción en irrealidades y fabulaciones.
Un pueblo libre requiere de verdaderos representantes - aquellos ciudadanos surgidos desde la sociedad civil para la sociedad civil y cuya función es siempre realizar una función de intermediación con el Estado; y como dijo A. Lincoln en su famoso discurso de Guettisburg, conseguir un : "gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".
Una sociedad libre necesita, en definitiva, la representatividad reflejada desde sus instituciones al conjunto de la cidadanía - que las acciones de sus representantes reflejen de verdad los verdaderos deseos y esperanzas que esa sociedad civil ha confiado en ellos, y resuelva sus problemas: no que origine otros que ni siquiera existían dejando los de verdad sin resolver. Es la soberanía del pueblo la que debe tomar posesión del Estado pasando desde el primer ciudadano al último estamento... impregnándolo todo.
Volviendo a parafrasear Tocqueville, hay que leer y releer a Tocqueville, que la soberanía del pueblo llegue a convertirse en la ley de leyes.