Revista Diario

La Ley de Murphy.... infantil

Por Belen
¿No habéis tenido esos días en los que tienes muchas cosas que hacer, o solo algunas pero con unos horarios estrictos y vuestro hijo justo lo hace todo al revés para enlentencer el tiempo?
Pues ese está siendo mi día.
Que tienes que salir a las 11 de casa a hacer unas compras para que de tiempo a todo.... salimos más tarde porque estamos buscando un coche super especial.
Que vamos al parque pero solo un ratito que hay que comer hoy especialmente pronto, pues sí solo un ratito, pero luego nos entretenemos mirando el panorama y hay que ir tirando de él.
Que tiene que comer cuanto antes para irse a la cama a echar una mini siesta porque tenemos médico muy temprano, pues me recreo con el filete y quiero doble ración de postre (menos mal que era fruta).
Y así una no puede desear otra cosa que asomarse por la ventana y gritar ¡¡¡¡arrrrrghhhhhhhhhhhh!!!
Y es que un fin de semana encerrada en casa con una criatura cuyo único síntoma es la fiebre es duro. Duro porque estamos en esa etapa de su vida en que ¡es un loro! Habla de día y de noche, habla de recuerdos que tiene, de la película que vio ayer, de su peli preferida, de sus coches, de sus juegos, de la pequeteca, de su profe, del parque, de su médico, de la gata, y habla, bla,bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla. Es incansable y agotador.... para mi. Y claro olvídate de sentarte un ratín en el sofá a leer, o ver algo de televisión, o simplemente cerrar un poco los ojos. Olvídate de eso porque él te hablará y querrá que le des tu opinión y que le demuestres que te sabes toooooooodos los nombres de toooooooooodos los coches que tiene, y querrá que le cantes, y luego cantar él y querrá y querrá y querrá y querrá......
Qué energía tiene.

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