La ley no es igual para todos

Es llamativo ver como los defensores del estado de derecho se rasgan las vestiduras cuando en cumplimiento de las leyes que ellos mismos dictan, propugnan y defienden, sale de la cárcel alguien que no quieren que salga.

La anulación de la doctrina parot por parte del Tribunal de Estrasburgo pone en evidencia a los legisladores españoles, a los que les han vuelto a poner la cara colorada, por no saber hacer leyes. En el fondo la Doctrina Parot no deja de ser una burda trampa para tener encarcelado indefinidamente a aquellos que les interese el gobierno.

Los políticos son muy exagerados y tienden a mover mucho los brazos para despistar y que el populacho no tenga tiempo a pensar que fueron ellos los causantes de la situación actual, pero hay que hacer creer que son los tribunales europeos los que tienen la culpa de que en España se pueda estar encarcelado como máximo 30 años, cuando no es así.

Lo que más molesta a la clase política es que al aplicar la sentencia europea se queden en libertad miembros de ETA que se la tienen jurada, y eso hace que no les llegue la camisa la cuello, pero para que el revuelo se haga mayor también se ha dado protagonismo a otros reclusos cuya libertad pone los pelos de punta a los que no vivimos de la política, básicamente asesinos y violadores en serie. De este modo todos podemos, en un momento de ceguera momentánea, reclamar a Europa que deje a toda esa gente en la cárcel de nuevo.

Aunque en realidad la pelota está en el tejado de los ineptos legisladores españoles, que deben entrar en un debate político muy feo, muy lleno de barro y en el que van a salir todos de detritus hasta el cuello.

Ahora resulta que el “fantástico” sistema penitenciario con 30 años “reeducación” es insuficiente. Yo siempre ha dicho -socarrónamente-que es una pérdida de tiempo que se condene a alguien a 170 años, dos meses, tres semanas, cuatro días y un cigarrillo si se sabe de antemano que no va a cumplir más de 30 y que cualquier ley que saquen a posteriori no va a modificar nada, por ello me ha parecido un mal menor considerar que haya una cadena perpetua revisable, o que en su defecto se cumplan las condenas dictadas por el juez en su totalidad.

Pero entrar en este debate que supone la modificación de una ley importante que afecta a todos no les interesa a los políticos. Las leyes sólo se modifican rapidamente y sin debate cuando les tocan a ellos el bosillo.

El gobierno es el que tiene que callarse la boca y comenzar un debate para proponer -si es eso lo que quieren- que haya una cadena perpetua en caso de criminales enfermos que no puedan volver a vivir en libertad, algo que recibiría apoyo de la mayoría. Sin embargo a los gobernantes actuales les importa menos que un violador en serie esté en la calle que un terrorista, y ese debate es un melón que no quieren abrir porque saben que van a quedar muy mal en la foto. A todos ellos les encanta ir de guays, hacerse fotos y echar la culpa de sus cagadas a otros. Nadie se quiere manchar las manos, nadie quiere alzar la voz no sea que vengan mal dadas y se tenga que ir del apestoso circo de la política y pierda todos los privilegios, obligándose a ganar una mierda de sueldo con mucho sudor, como el resto de los ciudadanos honrados.

Tienen miedo de cabrear a ETA que tienen armas con las que atacar, sin embargo cuando alguien pobre alza la voz para protestar se le detiene y se trata de acallarle con cárcel imponiendo una ley de mordaza. Se nota que no tienen reparos en actuar con exageración contra alguien cuya única arma es la una tarta, pero si tienen balas o bombas la cosa cambia. A los que vamos desarmados nos pueden poner una ley mordaza para que no podamos protestar en contra de los abusos de poder de los políticos.

Muchos se las dan de ofendidos porque España carece de una legislación que garantice que un tío peligroso se quede apartado de la sociedad y al mismo tiempo aplaudimos cuando la noticia es que  en el Reino Unido le ha caído la reclusión perpetua en un psiquiátrico al asesino de un muchacho malagueño.

La reflexión que me viene a la cabeza que estamos en una burla de democracia, un sainete en el que Torrente podría llegar a ser el brazo inteligente de la política.

Las leyes se estiran se deforman los suficiente para que todos los políticos corruptos no vayan a la cárcel, para que la familia del rey se vaya de rositas tras delinquir de forma vulgar chabacana y prepotente. Se enarbola la ley para que los pensionistas pierdan poder adquisitivo después de haber cotizado toda la vida y de haber luchado del lado de unos sindicatos que parecen comprados por la patronal y que también se pringan las manos con dinero que no es suyo.

Pero por si acaso pensamos, nos levantamos y les queremos echar de una vez, se defienden de los más débiles con una ley mordaza