Deben saber que hay dos modos de combatir, uno con las leyes, el otro con la fuerza. El primero es propio de los hombres, el segundo de las bestias. Pero, puesto que el primero muchas veces no basta, conviene recurrir al segundo. Por ello es necesario que un príncipe sepa actuar según convenga, como bestia o como hombre. Este punto ha sido enseñado, de manera velada, a los príncipes por los antiguos escritores, que nos cuentan cómo Aquiles y otros muchos príncipes antiguos fueron llevados al centauro Quirón, para que bajo su disciplina se educaran. El hecho de tener por preceptor a un ser que es medio bestia y medio hombre no quiere decir otra cosa sino que el príncipe necesita saber una y otra cosa, y que sin ambas naturalezas no podrá mantener su poder.
Nicolás Maquiavelo