<<… Por aquellos tiempos vivía en Grecia una doncella que respondía al nombre de Aracne. Guapa, joven y encantadora, hubiera sido amada por todos si no hubiese sido por su excesivo orgullo, no de sus cualidades personales sino de su habilidad en las labores de costura.
Aracne pensaba, vanidosa, que nadie podría igualar el trabajo realizado con sus hábiles dedos, por lo que proclamó a bombo y platillo que no dudaría en comparar sus habilidades con las de Minerva, diosa de la guerra, de la sabídura, de la paz y la prosperidad, además de diestra con su aguja de bordar.
Lo proclamó con tanta frecuencia que al final la diosa se sintió molesta, dejando su asiento en el alto Olimpo para castigar a la doncella. Disfrazada de vieja, entró en la casa de Aracne, se sentó y comenzó a conversar. En pocos minutos, la doncella había vuelto a las andadas, renovando sus temerarios alardes. Minerva le aconsejó de forma amable que fuera más modesta, puesto que podría atraer la ira de los dioses con sus presumidas palabras; Aracne estaba tan cegada por su vanidad que desdeñó la advertencia, sacudió su cabeza con coquetería y declaró que desearía que la diosa pudiera oírla; propuso una competición, en la que ella sería capaz de probar la certeza de sus afirmaciones. Este discurso insolente acaloró tanto a Minerva que se deshizo de su disfraz y aceptó el reto.
La leyenda de Aracne – Joyería Online El Rincón de Mis Alhajas
Ambas prepararon sus telares y comenzaron a tejer exquisitos diseños en tapiz: Minerva eligió como tema su competición con Neptuno; Aracne se decantó por el secuestro de Europa. Las bellas tejedoras trabajaron en silencio mientras sus tapices cobraban forma bajo sus hábiles dedos. Los dioses congregados, el caballo, el olivo, todos parecían cobrar vida y movers en el trabajo luminoso y rápido de Minerva.
Aracne, mientras tanto, trabajaba en su toro nadando, las olas chocando contra su amplio pecho y la mitad entretenida, mitad asustada, chica que se sujetaba a los cuernos del toro, mientras el viento jugaba con sus atavíos.
Tras dar los toques finales, cada una se aprestó a contemplar la obra de su rival, y después del primer vistazo Aracne se vio forzada a admitir su fracaso. Ser superada tras todos sus orgullosos alardes, fue ciertamente muy humillante. Amargamente se arrepintió Aracne de su disparate; sumida en la desesperación, rodeó una soga alrededor de su cuello y se ahorcó. Viendo que su desconcertada rival estaba apunto de evadirse, Minerva se apresuró a convertir su cuerpo colgado en una araña, condenándola a tejer y girar sin descanso como advertencia a todos los mortales engreídos.>>
¿Conocías la historia de Aracne? ¿A quién convertirías tú en una araña? Siendo originales podríamos cambiar el final del mito dentro de la mitología griega, y hacer que Minerva convirtiera a Aracne en un anillo de plata con forma de telaraña, y la llevara siempre en su mano en memoria de su victoria.
Y ese anillo de plata bien podría ser como este. Una telaraña de plata con puntos de nácar, cuyas propiedades convierten a las personas de trato dulce y halagador.
Anillo de Plata con Nácar – Joyería Online El Rincón de Mis Alhajas