Revista América Latina

La leyenda del callejón del Santo Entierro

Publicado el 06 agosto 2019 por Pukko @MetropoliSLP

San Luis Potosí.-Callejón del Santo Entierro o mejor conocido actualmente como el callejón de los hippies, que se encuentra entre el templo de San Francisco y la Secretaria de Cultura. Se le denomina así debido a la homónima imagen del Señor que sacaban en procesión, la cual se encuentra en la capilla de la puerta lateral. Procesión que se lleva a cabo el 3 de octubre. Y no pudo llevar mejor nombre debido a la leyenda que hay tras este emblemático callejón.  

Se cuenta que años atrás, antes de que estuviese terminado el templo de San Francisco, vivió Doña Mirta en lo que ahora es la Secretaria de Cultura, viuda de Don Gaspar Suarez de Barbosa, quien al perder a su esposo, se aferra a lo único que le queda de él, su hijo. Se dice que cuando muere Don Gaspar, Mirta estaba embarazada, pero se ve muy delicada durante el embarazo. Ella junto con la hermana de su difunto esposo, tratan por todos los medios de que el embarazo vaya lo mejor posible, pero desgraciadamente el niño muere.

Devastadas por la pérdida del bebé, no se resignan y ambas deciden hacer algo para conservar al infante con ellas. Así que contratan a la mejor persona con conocimientos de brujería para que les ayude a preservar al niño intacto, para que la descomposición no haga efectos en su cuerpo. En sumo secreto lo llevan con ella, quien les hace un trabajo perfecto y es así como ambas consiguen quedarse con el niño durante años.

leyenda callejón Santo Entierro
En el entierro del bebé, lo cambian por un muñeco, perfectamente vestido y no dejaban que nadie se acercara para ver al niño y así garantizar que nadie se diera cuenta del intercambio que habían hecho. Durante años Doña Mirta gozo de tener a su pequeño con ella, le daba su amor de madre como si aún siguiese vivo. No es hasta que Fray Luis, encargado de velar por la construcción del Templo de San Francisco que se percata de que algo oculta Doña Mirta, ya que desde hace días escuchaba ruidos provenientes de la casa, ruidos que eran más bien canciones de cuna cantados por una mujer, a lo que más tarde descubriría era la misma Doña Mirta, pero Fray Luis sabía que eso no era posible, ya que no se le conocía hijo alguno, y como ya todos sabían ella había perdido al suyo años atrás.

Al descubrir Fray Luis el secreto de Doña Mirta y las causas que la orillaron a hacerlo, le tuvo compasión y entendió el amor de madre que le prodigaba a su pequeño hijo. Pero sabía que no le hacía bien el mantenerlo con ella, así que la convenció de darle al pequeño santa sepultura, a lo cual Doña Mirta accede siempre y cuando sea en un lugar cercano donde ella pueda ir a verlo todos los días, es así como Fray Luis lo entierra en donde ahora es la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, en la cual se colocó una urna para conservar la imagen del Santo Entierro, donada por Doña Mirta en memoria de su difunto hijo. 

Este callejón nos podría contar un sinfín de historias, como el caso de los dibujos que se encuentran entre las piedras de uno de los muros del templo, dibujos que no guardan otro misterio más que el hecho de que fueron realizados por los mismos albañiles al encontrarse aburridos. Pero es parte de la magia de un lugar, después de todo es así como se van creando las leyendas o nombres de un lugar. Es la misma gente quien los vuelve algo simbólico, lugares que enmarcan tradición e historia de nuestra ciudad. 

Por Arassi Torres


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