La leyenda del Cerdo

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El año del Cerdo
Las diferencias entre las ideas de Parménides y Escher no solo tiene que ver con la forma de concebir el infinito, de estático a dinámico, sino, precisamente, con lo estático y con lo dinámico. Uno quiere ser sin cambio, y el otro piensa en la evolución, como si el todo fuese a medida que cambia, como la imagen de Development.
«En fin, allá ellos», dirá usted, con gesto ceñudo y aire de astucia… «¿Qué, yo? ¿Qué, acá?», vuelvo a decirme, con ese aire mío de Dédalo innovador y caprichoso…
La evolución, Ser, Parecer..., todo me lleva a abandonar a Eros y confesarme: Mire, ya puesto empecinadamente a ser y parecer algo o alguien de una buena y bendita vez, abandono la nostalgia para decirle que me defino como un cerdo: después de todo, ya lo decía mi horóscopo chino y alguna que otra vecina, más sincera que piadosa.