Imagen: web del autor.
Edición: 6ª ed.Publicación: Barcelona: Planeta, 2015
Descripción física: 662 p.; 24 cm.
ISBN: 978-84-08-00499-8
CDU: 821.134.2-31"20"
Signatura: N GÓM ley
Precio: 10,95 euros en la Casa del Libro (6,99 en formato electrónico).
SANCHO EN LA SEVILLA DE FELIPE II
Hace algunos meses me estrené con Juan Gómez Jurado leyendo El paciente, pero no llegué a escribir reseña sobre esta novela; y ayer mismo terminé de leer La leyenda del ladrón y me ha gustado tanto que he decidido dedicarle unas líneas. Llevo una temporada en la que el ritmo de lectura está yendo bastante más rápido que el ritmo de reseñar, y ya que dejé pasar El paciente sin escribir sobre ella, no he querido que a esta novela le pasara lo mismo. Y es que si con la anterior varias personas me habían creado tantas expectativas que finalmente no fue lo que esperaba, no puedo decir lo mismo de esta historia.
La sinopsis de la novela, extraída de la propia web del autor, nos cuenta lo siguiente:
Prepárate a transportarte a la Sevilla del XVI, a un fascinante mundo de mendigos y prostitutas, nobles y comerciantes, espadachines y ladrones. El amor, la pasión y la venganza son los pilares de esta magistral novela de aventuras en torno a un niño salvado misteriosamente de la muerte, que crecerá para erigirse en la última esperanza de los desfavorecidos.Al leer esa sinopsis pensé que estaba ante una novela histórica, que es uno de mis géneros favoritos; pero la verdad es que no imaginé que la historia me gustaría tanto; y es que no es una novela histórica sin más, sino que también hace una de las cosas que más me gustan en este tipo de novelas, que no es otra que el hecho de que se mezclen personajes ficticios con personajes reales, dando así lugar a situaciones que habrían podido ocurrir sin ninguna duda. Lo más llamativo es que, según me han dicho varias personas que han leído bastantes novelas de Gómez Jurado, es que este género no es en el que más se prodiga sino que su "especialidad" es más bien el suspense.
El destino de Sancho y el de quienes le rodean hunde sus raíces en los secretos orígenes de la literatura..
A través de esta lectura viajaremos, como adelanta la sinopsis, a la Sevilla del siglo XVI, que en aquella época era considerada la ciudad más importante del mundo; y conoceremos la historia del protagonista principal de la novela. Cuando un soldado llega a una venta que parece abandonada, descubre el cadáver de una mujer y un niño, que parece ser su hijo, y que milagrosamente ha sobrevivido a la peste. El soldado decide llevar al niño a un orfanato sevillano para que los monjes se hagan cargo de él; y este niño no es otro que Sancho, que el padre Lorenzo intuirá enseguida que tiene una inteligencia fuera de lo normal. Esto le traerá no pocos problemas, y por circunstancias de la vida y de su carácter rebelde, acabará ganándose la vida con Bartolo, un enano que se dedica al oficio de caco (me encanta esta palabra).
Por supuesto no podremos evitar encariñarnos con Sancho, aunque el resto de personajes están tan bien descritos que acabaremos por conocerlos a todos casi como si fueran de la familia; pero claro, el que más nos interesa es Sancho, y es que al pobre no le pueden pasar más cosas... De su mano iremos conociendo al resto de protagonistas: Josué, el comerciante Vargas, la caribe Clara, el doctor Monardes, el flamenco Groot, Monipodio, el rey de los ladrones, la Puños, una prostituta, el herrero Dreyer, un personaje entrañable que me encantó... Y dos personajes históricos, que en este caso reales pero que prefiero no desvelar de quiénes se trata por si alguien aún no se ha leído el libro, que serán fundamentales en la vida de Sancho. Y tengo que decir que precisamente la relación entre estos dos personajes, sus conversaciones, las situaciones en las que se ven inmersos, los piques que tienen entre ellos y las referencias que se hacen, algunas de ellas de hilar muy fino, fueron de las cosas que más me gustaron de esta novela.
Además de conocer bien a los personajes, que nos transmitirán todo tipo de sensaciones (amor, odio, impotencia, rabia, incluso a algunos de ellos ganas de matarlos con nuestras propias manos), el autor nos hará conocer también perfectamente Sevilla; son detalladísimas las descripciones que hace de los lugares, el laberinto de calles, los comercios, sus habitantes y hasta los olores que debían de pulular por la ciudad en pleno siglo XVI. Tanto es así que hay momentos en los que nos parecerá estar allí mismo, recorriéndola de la mano de sus personajes. Y lo mejor de todo, aparte del lenguaje sencillo pero muy cuidado, que utiliza el autor, es sin duda la enorme labor de documentación: conoceremos todo tipo de detalles sobre la vida en la Sevilla de aquella época, sobre los diferentes oficios, sobre hierbas medicinales, sobre la vida en galeras, y por supuesto sobre hechos históricos aunque, como indica Gómez Jurado en el epílogo, se ha tomado algunas licencias que explica perfectamente. Y todo ello sin abrumarnos con datos innecesarios ni aburridos.
Como curiosidad, en el prólogo de la novela el autor nos indica que, para obtener más información sobre algunas de las cosas que aparecen en la historia, podemos descargar en nuestro dispositivo móvil una aplicación que lleva el mismo nombre que la novela, y que podremos utilizar para capturar los símbolos que aparecen al final de algunos de los capítulos, lo que nos proporcionará información adicional tanto audiovisual como textual. También hay quien dice que, viendo cómo acaba la historia, es posible que haya una segunda parte; no sé si será así, pero también podría ser posible que con ese final el autor diera por terminadas las andanzas de los personajes de esta novela. Ya veremos si se anima a contarnos más cosas sobre ellos o no...
De momento no he leído nada más de este autor, y aunque El paciente me gustó, ya he visto en su web que el resto de sus novelas es todo suspense; pero desde luego, con La leyenda del ladrón, me ha quedado claro que me encantaría que se decantara más a menudo por el género histórico porque la novela me ha encantado. Una lectura totalmente recomendable, que además me ha recordado que aún tengo pendiente ver una película de la que me hablaron hace algunos meses: se trata de Miguel y William, en la que aparecen dos personajes históricos reales y que, por cierto, está rodada en España (algunas escenas tienen lugar en el castillo de Loarre).